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La salida del jefe del Gabinete argentino abre una nueva etapa en un momento difícil para el Gobierno

EFE

La dimisión de Alberto Fernández al frente de la estratégica Jefatura de Gabinete de Argentina fuerza el inicio de una nueva etapa para el alicaído Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, dijeron hoy analistas consultados por Efe.

Además, consideraron que el alejamiento de uno de los funcionarios más cercanos al matrimonio Kirchner puede dar paso a más renuncias en el Ejecutivo, que aún no termina de asimilar el revés que sufrió en el Parlamento su intención de aplicar un polémico esquema de impuestos a las exportaciones de granos.

"No renunció un alto funcionario simplemente, sino que después de más de cinco años se va un hombre clave en la estructura del manejo del poder", opinó Roberto Bacman, director del Centro de Estudios de Opinión Pública.

Alberto Fernández había sido designado jefe del Gabinete en mayo de 2003, cuando comenzó la gestión presidencial del peronista Néstor Kirchner, quien en diciembre último traspasó el poder a su esposa, Cristina Fernández, elegida presidenta en las urnas.

Para el analista Fabián Perechodnik, que dirige la consultora Poliarquía, si bien la del funcionario "parece ser la crónica de una renuncia anunciada", lo concreto es que "se va una pieza clave en el armado político de los Kirchner".

La dimisión del también llamado ministro coordinador se produjo luego de que el jueves último el Senado, con el voto decisivo del vicepresidente del país, Julio Cobos, rechazó incrementar la presión del Fisco sobre el sector agropecuario, medida que había derivado en casi cuatro meses de conflicto con el campo.

"Se fue una paloma y quedaron los halcones", opinó el sociólogo Eduardo Fidanza, quien sostuvo que "el tema de fondo tiene que ver con las disidencias entre Alberto Fernández y Néstor Kirchner", que mantiene una alta cuota de poder como líder del gobernante Partido Justicialista (peronista).

Por su parte, Bacman manifestó que "se puede pensar en otras renuncias" en el gabinete de gobierno "y hay que ver qué pasa con Julio de Vido", otro incondicional del matrimonio Kirchner que desde 2003 es ministro de Planificación.

"Si bien está claro que se abre otra etapa en el gobierno, hay que ver quiénes van a quedar y cómo se va a estructurar", aseguró.

En sustitución de Alberto Fernández, la presidenta nombró para ocupar la Jefatura de Gabinete a Sergio Massa, hasta ahora alcalde de un municipio de la periferia de Buenos Aires y ex funcionario del gobierno de Kirchner.

"La designación de Massa parece una jugada inteligente en este momento difícil para el Ejecutivo. Es un dirigente joven, buen comunicador, tiene alta visibilidad pública y está muy ligado al matrimonio presidencial", dijo Perechodnik.

El analista advirtió que lo que "aún no está claro es si los Kirchner tomaron nota de la derrota" que significó para el Ejecutivo "el voto negativo del Senado y el mensaje que la sociedad transmitió durante el conflicto con el campo", que recibió multitudinarias muestras de apoyo de la población.

"Una opción es que empiece el cambio -agregó- y la otra es que quien acumule todavía más poder sea el ex presidente Kirchner", que se puso al frente de la confrontación con el sector rural en medio de la puja por los impuestos a las exportaciones de granos.

En tanto, Bacman indicó que mientras en su gestión "Kirchner tomaba decisiones rápidas que sorprendían a la opinión pública", la administración de su esposa "no tomó decisiones rápidas cuando el que ocupó el centro de la escena fue otro y viene de sufrir su primera derrota importante".

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