Este artículo se publicó hace 16 años.
"La salida de Zaplana cierra una puerta del pasado del PP"
Montserrat Nebrera, candidata a presidir el PP catalán, defiende un partido donde "el turno y la antigüedad" sean sustituidos por "el mérito y la capacidad"
El fichaje estrella de Josep Piqué para las elecciones catalanas de 2006 sigue dando guerra. Catedrática de Derecho Constitucional, Montserrat Nebrera decidió quedarse en el PP catalán tras la salida de su jefe, que se sentía incomprendido por Mariano Rajoy y asediado por Ángel Acebes. Ahora ha decidido jugar sus cartas y se presenta como candidata a presidenta del PPC. Enfrente tiene a Daniel Sirera y a Alberto Fernández. Es utópica, valiente y consciente de que despierta odios y pasiones enfrentadas.
Ha dicho usted que si pierde el Congreso se irá para su casa.
No me planteo una derrota, pero el plan B ya no es tirar la toalla.
¿Ha recogido ya los avales suficientes para presentar su candidatura?
Estoy a punto de conseguirlos y la verdad es que estoy emocionada por el apoyo que he recibido incluso de gente que no conocía. Me quedan pocas decenas. Así que seremos tres en el congreso y será extremadamente interesante.
El otro día afirmó que el problema de su partido es que Madrid imponía al presidente del PPC. ¿No hizo eso mismo Aznar con Piqué? ¿No lo hacen todos?
Claro. Es que cuando lo decía me refería a la historia del partido. Yo creo que no es necesario tener estructuras separadas, como el PSC respecto al PSOE. Pero sí que veo necesaria una complicidad entre la estructura central del partido y las partes que lo componen en el conjunto del territorio. Y por higiene democrática es bueno que sean los compromisarios quienes decidan cuál es el mejor discurso para los votantes de cada parte de España. Y yo creo que en este congreso, con tres candidaturas, alguna cosa va a cambiar.
¿Qué es lo que debe cambiar en el PP catalán?
El primer paso debería ser que el partido se ganara el prestigio de que su militancia decide en Cataluña y para Cataluña. Si se logra transmitir ese mensaje, la sociedad catalana se dará cuenta de que el PPC prioriza aquello que a los catalanes les interesa.
Alberto Fernández sostiene que con el discurso del PPC sobre la lengua y España no se ha cautivado a los catalanes. ¿Con qué se engancha al electorado?
Cuando lo dice es porque probablemente se ha dado cuenta de que hemos centrado el discurso en esas dos cuestiones y que en Catalunya interesan otras. Para mí, el PSC es el responsable de haber producido ese grado de ensimismamiento que la sociedad tiene sobre cuáles son sus problemas, cuál es su identidad, si somos o no nación, cuánto dinero nos deben, qué mal nos tratan.... Es lo que llamo una pinza entre la soberbia colectiva y el victimismo económico. Esa pinza que nos tiene ahí pillados. Y en la que nosotros también hemos colaborado diciendo lo importante que es la política lingüística o diciendo que se rompe España. Todo ese tipo de cosas que no calan en la mayoría de los catalanes.
¿Y cuál es su proyecto?
Creo que lo que le interesa a un votante tradicional del PP y a los potenciales es un discurso liberal conservador. Eso es lo que yo llamo la identidad de los valores que han fraguado una Catalunya mítica. La Catalunya del esfuerzo, de la empresa familiar que lleva adelante un proyecto, la libertad económica para arriesgar, el fomento de la formación del capital humano... Hay un montón de cosas sobre las que trabajar y que no tienen nada que ver con esos conflictos pseudoidentitarios.
¿A quién teme más: a Sirera o a Fernández?
A mí no me da miedo ninguno. Cuando era pequeña me llamaban "Juan sin miedo". Yo miedo, miedo... me tengo a mí misma.
¿La solución para el PPC es una mezcla de ambos?
No, la solución soy yo, que intento pensar en un partido en el que el turno y la antigüedad sean sustituidos por el mérito y la capacidad.
¿No ha tenido poco tiempo Sirera para demostrar si valía o no para el puesto?
Creo que lleva muchos años. Y si hablamos sólo de su etapa como presidente del partido, quizá no han sido unos meses muy gloriosos porque se han ido produciendo, como dice el otro candidato, avatares tales que hay tres candidaturas al congreso.
¿Qué le ha parecido que Rajoy no avalará la candidatura de Sirera?
Está bien que coincidamos. Yo ya había advertido que arrogarse el carácter de candidato oficial producía un demérito. Lo que hay que hacer para este congreso es lograr que los compromisarios sean conscientes del enorme papel que están jugando, porque no están actuando sólo como la voz de los afiliados, sino como la de los votantes reales o potenciales del PP en Catalunya.
Con la salida de Zaplana, ¿se cierra una puerta del pasado?
Sí, supongo que se ha cerrado una puerta del pasado. En cualquier caso, creo que Zaplana era una persona de verbo dialéctico brillante, que llevó al PP al Gobierno de la Comunidad Valenciana y a quien deseo lo mejor en el ámbito profesional.
¿Alguien más tiene que dar el portazo?
Probablemente mucha gente. En todos los partidos.
¿Acebes?
No sé. Tengo la sensación de que se va a producir una renovación importante en el PP. Y es fundamental que ocurra porque el relevo generacional en una estructura da a la gente la sensación de que la política no es una profesión. Creo que sería conveniente instaurar la limitación temporal en los cargos. Eso generaría en la gente mayor credibilidad en la política y los políticos.
¿Primarias sí o no?
Primarias con una nueva concepción de los partidos. En la estructura de partidos que tenemos ahora en España es muy atractivo, pero muy complicado. Sobre todo viendo el resultado que tuvo en el PSOE. Tengo un hijo y luego lo defenestro...
¿Ve usted a Rajoy de candidato en 2012?
Es mucho aventurar. Si el meteorólogo se equivoca en el 50 por 100 de los informativos sobre el tiempo... qué voy a decir yo sobre lo que va a pasar en el 2012. No lo sé. En el caso de Mariano Rajoy, después de la travesía del desierto, que cumplió con creces y que ha ido pilotando con esa templanza gallega que le caracteriza, lo importante es que llegue con el barco hasta el puerto del congreso del partido. Y que en el congreso de junio plantee una candidatura integradora y de renovación.
¿El nuevo PPC debe reconducir las relaciones con los nacionalistas?
El discurso del PP con el nacionalismo es estéril e ineficaz. Distrae del verdadero objetivo. El nacionalismo no es más que una parte del grave problema de libertad que atenaza a Catalunya y que no tiene su origen en el nacionalismo independentista sino en el PSOE. Y, por tanto, el adversario político es el PSOE, que es el que gobierna la mayoría de municipios, de diputaciones, la Generalitat de Catalunya y el Gobierno central. Ellos ya no pueden echarle la culpa a nadie de que esto vaya mal. El nacionalismo es una parte del problema, porque eso de mirarse el ombligo no funciona, pero a mí no me interesa tanto cómo se llame uno a sí mismo y qué siente respecto a Catalunya, como lo que esté dispuesto a hacer por Catalunya. Y ahí es donde nos encontramos todos los que creemos que Catalunya es una parte de España. Aparte quedan los que creen en la independencia.
¿Se ha independizado Rajoy de los medios de comunicación?
Es que esa pregunta presupone que ha estado secuestrado por los medios. Y eso yo no lo sé. Eso hay que preguntárselo a él. Lo que sí sé es de la voluntad de algunos medios de intentarlo. De intentar condicionar los discursos. Desde luego es tremendo ver cómo algunos periodistas muy encumbrados hablan de la política con esa suficiencia. Parece que pueden pontificar y decir lo que está bien y lo que está mal. ¡Póngase usted en su lugar y ya verá que no es tan sencillo!
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