Este artículo se publicó hace 14 años.
Sara Baras dice que no conoce "la vida sin baile"
La bailaora gaditana Sara Baras acaba de llegar a Madrid con su espectáculo "Esencia" con el que anuncia una breve retirada de los escenarios para tener un hijo, porque como indicó en charla con Efe: "la ilusión de ser madre va por encima de todo".
Tan sólo por recomendación médica y por la gran ilusión que tiene de ser madre, la artista afirmó que se aparta de los escenarios cuando cierre la gira de "Esencia", un espectáculo que recrea números de los nueve anteriores de los casi doce años al frente de su propia compañía de baile.
De esta manera Baras se despide temporalmente del baile, una "forma de vida" que cultiva desde los siete años y al que espera volver en cuanto el doctor le prescriba que lo puede hacer porque afirmó: "no conozco la vida sin baile".
En Madrid -su "segunda tierra"- va a actuar en el Teatro Calderón del 23 de marzo al 11 de abril próximo y después subirá al escenario del Auditorio de Palma de Mallorca, 17 y 18 de abril, para clausurar la gira de "Esencia" en su tierra natal, Cádiz, el 25 de abril cuando la bailarina cumpla 38 años.
No esconde que le da un poco de vértigo su nueva etapa, en la que vaticina que tal vez dirija coreografías ya que en "Esencia", al igual que en anteriores proyectos, no sólo interpreta y lleva a su compañía si no que ha contribuido en la escenografía, iluminación y vestuarios.
Sara Baras, en este décimo espectáculo, siente que puede mostrar al público que la interpretación de los palos que ha seleccionado denotan una evolución de ella como persona y por lo tanto como bailarina.
Ahora que está más interesada -según afirmó- en trasmitir la belleza de la quietud y el gesto de una mano y en "tener la fuerza de sujetar el silencio en una mano", recorre algunas partes de los anteriores espectáculos intentando mostrar la evolución de su lenguaje que parte para ella del corazón.
De ahí que "Esencia" sea un espectáculo en sí mismo porque es, a modo de antología, la esencia de esas nueve obras anteriores y la talidad de ella y su cuerpo de baile.
Para ella, "el baile es el trazo de un pintor" y eso es en lo que se afana en trasmitir en sus coreografías, en las que el vestido es "el cuerpo estilizado retorciéndose por donde corresponda".
Su premisa es "entregar el alma" en cada actuación, con una imagen que visualmente no es la típica de una flamenca y con "influencia de la danza contemporánea y de todo".
De ahí que la plasticidad de sus actuaciones sea uno de los puntos fuertes de Sara Baras, una bailarina con gusto por las "cosas sencillas y limpias", "la profundidad", "la esencia zen" y "lo minimalista".
Y que asimismo le gusta utilizar tres colores para su vestuario liso: "el rojo porque lleva toda la pasión del flamenco, el negro por su elegancia y el blanco por su limpieza".
"La persona que baila no debe de disfrazarse; debe de dejar que su cuerpo sea el primer elemento limpio para que tú veas cómo baila", dijo la artista, quien sobre el escenario se muestra el pasado y el presente.
De ahí que "Esencia", que "tiene una identidad propia", aporte la evolución artística de los números que ha escogido y que son reinterpretados "desde el punto de vista de hoy" y con nuevos detalles pautados por las experiencias vitales que, según comentó Baras, se trasmiten de manera inmanente.
En esa "lectura nueva sobre una coreografía antigua", Baras interpretará con José Serrano, su pareja dentro y fuera del escenario, entre otros palos: "Farruca", de "Sensaciones"; la "Soleá", de Juana La Loca, y tangos escritos por el guitarrista Paco de Lucía para el espectáculo "Carmen".
Así la bailaora dirá "hasta luego" a las tablas -unos dos años aventuró- y cerrará una puerta para poder abrir otra en su vida materna, en la que desconoce cómo es el correr de los días sin tocar palos de flamenco porque "el flamenco es tan de corazón".
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