El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que comprende la sorpresa ciudadana provocada por las vacaciones de fin de año en Túnez y Egipto de dos de sus ministros, pero subrayó que en ninguno de los casos "se cometió una falta".

En una entrevista concedida en horario de máxima audiencia a la cadena privada de televisión TF1, el jefe de Estado reconoció que, aunque ni en el viaje de la titular de Exteriores, Michèle Alliot-Marie, ni en el del primer ministro, François Fillon, se "desvió ni un céntimo de dinero público", "habría sido mejor evitarlo".

Las vacaciones de Alliot-Marie a Túnez ya iniciadas las protestas que provocaron la salida del poder de Zine El Abidine Ben Alí, en las que utilizó un avión privado atribuido a un empresario próximo a ese líder, iniciaron una polémica que no ha cesado desde la filtración de la noticia a principios de mes.

A ese escándalo se sumó la revelación de que Fillon fue invitado por el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, a pasar sus vacaciones de fin de año en ese país, donde fue alojado a cargo de las autoridades locales y usó un avión gubernamental egipcio para viajar de Asuán a Abu Simbel.

"La política exterior francesa no se ha visto afectada. Si pensara que se cometió alguna falta, habría actuado", aseguró Sarkozy en un intento por acallar las críticas de la oposición, no sin admitir que "puede que ir a Túnez no fuera la mejor idea".

Mantuvo la recomendación realizada ayer de que los ministros pasen sus vacaciones preferentemente en Francia -para además no estar lejos de su oficina, apuntó- y de que, si son invitados al extranjero, pidan la autorización al primer ministro y a los servicios diplomáticos del Elíseo para "examinar la compatibilidad con la política exterior" gala.