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Sarkozy cosecha contratos para la venta de trece Airbús y una central térmica

EFE

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, inició hoy la segunda jornada de su visita de Estado a Túnez, en la que ha firmado contratos para la venta de trece aviones "Airbus" por mil millones de euros, la construcción de una central térmica por 360 millones de euros y la posible adquisición en un futuro de una central nuclear para uso civil.

Los trece aviones, así como el compromiso de comprar otros tres, servirán para renovar la flota de la compañía civil tunecina de aviación "Tunisair", compuesta mayoritariamente de aparatos "Airbus".

Tres de los nuevos aviones serán del modelo 350, para vuelos transcontinentales, y los otros diez del modelo 320, para vuelos intermedios.

Asimismo, ambas partes establecieron el compromiso de adquirir posteriormente otros tres aparatos. El valor global excede los mil millones de euros.

Por el momento, no se han dado detalles sobre la posibilidad de que la empresa francesa Latecoere, auxiliar de "Airbus", pueda establecer en Túnez una nueva planta de montaje, a la que también aspira Marruecos.

El segundo contrato bilateral, por un valor de 360 millones de euros, recayó en la empresa Alstom, que construirá una nueva central térmica.

También se examinó para un futuro la posibilidad de la adquisición por parte de Túnez de una central nuclear para uso civil a cargo del consorcio Areva.

Este último aspecto figura en un acuerdo-marco de cooperación similar al que Francia firmó anteriormente con Marruecos, Argelia y Libia, y responde a la tesis que defiende Sarkozy, de procurar a los países en desarrollo la utilización de la energía nuclear para fines pacíficos.

Ambos capítulos formaban parte de las prioridades francesas de este viaje, junto con la defensa del proyecto de Unión para el Mediterráneo y, con menor intensidad, como quedó patente en el discurso pronunciado anoche en una cena de gala, el conflictivo asunto de los derechos humanos.

Francia y Túnez también lograron un acuerdo bilateral sobre flujos migratorios, otra de las misiones del viaje de Sarkozy.

Dicho acuerdo tiene como finalidad luchar contra la emigración ilegal y abrir el mercado de trabajo francés a "tunecinos competentes", mediante los visados de larga duración.

El presidente francés también hizo hincapié en la oportunidad de poner en marcha su proyecto reformado de Unión para el Mediterráneo, al que se han unido los otros miembros de la Unión Europea (UE) y cuyo nacimiento oficial ha sido planificado al 13 de julio en una cumbre prevista en París.

Túnez y Marruecos también rivalizan en el deseo de acoger la secretaría general de ese organismo que, en palabras de Sarkozy, no tiene las intención de "enterrar" el proceso euromediterráneo de cooperación abierto en la ciudad de Barcelona en 1995.

Se trata, dijo el mandatario galo, de "afinar y darle un mayor contenido" a la cooperación entre la Europa de los veintisiete y los países de la ribera sur para salvar los malentendidos existentes.

Sarkozy no dejó pasar la ocasión para afirmar que, a su juicio, en Túnez están "progresando" las libertades, contrariamente a lo que opina la oposición política y diversas ONG de derechos humanos, como la Liga Tunecina de Derechos Humanos, la cual estimó que esos elogios constituyen "un insulto a los tunecinos, porque no se corresponden a la realidad".

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