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Sarkozy quiere usar al NPA contra la oposición

Al presidente le interesa que el radicalismo acapare votos

A. PÉREZ

Un dato que prueba que el crecimiento de la izquierda alterglobalizadora va en serio es la importancia que le da el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy. El líder conservador ha demostrado mucho interés por el líder del NPA, Olivier Besancenot, y espera poder manipularlo para quebrar toda perspectiva de alternancia.

La presidencia francesa vio con buenos ojos la subida de los postrotskistas. Su flaco servicio a la izquierda radical es hacer como si esa realidad no existiera. En junio pasado, la revista Le Canard Enchainé relató las palabras de Sarkozy en un vuelo de regreso del Líbano ante un líder del PS, François Hollande. 'Nos habéis jodido bien con [el líder ultraderechista Jean-Marie] Le Pen durante años; ahora os vamos a joder con Besancenot', dijo el presidente.

Sigue persistiendo la duda sobre quién filtró esas palabras Sarkozy o los socialistas, para sembrar un antídoto anti-NPA, pero desde entonces es un parámetro objetivo que el presidente alienta a su televisión afín, la privada TF1, a sacar con profusión a Besancenot. Y ello para organizar un trasvase de votos masivo de izquierda hacia el radicalismo.

Varios sarkozyanos han confirmado esa tendencia a poner en primer plano al líder del NPA. El 21 de marzo pasado, el consejero especial de Sarkozy, Henri Guaino, explicitó al diario Le Monde que entre su jefe y Besancenot 'no hay nada', afirmación falsa porque entre ambos hay siete partidos parlamentarios y una izquierda con más de 40.000 ediles que controlan de forma abrumadora los poderes locales. Y hay cientos de cerebros, del Partido Comunista Francés (PCF) y del Partido de Izquierda (PG), poniendo en aprietos a Sarkozy desde la isla de Guadalupe hasta el Parlamento de París.

Lo que sí despunta es una intención. Si el NPA crece y sigue manteniendo su negativa a todo Frente Popular, congelará votos y será garante de victorias conservadoras. Fred Borras, miembro del Buró Ejecutivo del NPA, toma en serio la amenaza. 'Es probable que en sus cálculos, Sarkozy piense que nuestro partido puede servirle', explica Borras. Forma parte del juego político desde siempre pero, para este dirigente del NPA, el 'cálculo' puede salirle caro.

'Reparto pasquines desde hace décadas y lo que me llama la atención ahora es la cantidad de gente que muestra interés', subraya Borras. Pese a la apuesta maquiavélica de Sarkozy, el auge de Besancenot comienza a parecerse más a una bola de nieve. 'Sé que un telediario se hace con objetivos precisos. Al mismo tiempo, a mí no me molesta tener un buen líder. Cuanto más sale, más popular es. Y cuanto más popular es, más le solicitan las televisiones', explica.

Si TF1 decidiera hoy cortar el oxígeno a Besancenot, ya no podría hacerlo porque se desplomaría su audiencia. En realidad, el dato clave que indica que el plan de Sarkozy para aplastar a la izquierda moderada no funciona viene de los sondeos realizados en las últimas semanas. El NPA es fuerte en la Francia provinciana, la que ve TF1. Así, donde no llegan los militantes del PCF y del PG, llega el verbo poderoso de Besancenot. Y, de momento, tanto el voto del NPA como el del Frente crece.

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