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Sarkozy quiere pasar página de la derrota de sus filas en las elecciones locales francesas

EFE

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quiere pasar cuanto antes la página de la derrota de sus filas conservadoras en las elecciones locales que culminaron ayer en Francia y procederá en breve a pequeños ajustes, pero sin cambiar de rumbo político, como le exigen los socialistas victoriosos.

"Pocas veces un presidente de la República, después de diez meses en el cargo, había conocido un fracaso tan sonado" y una "desconfianza tan afirmada", dijo hoy el líder del Partido Socialista (PS), François Hollande, para quien "no hay precedentes para semejante derrota".

En rueda de prensa en la que "saboreó" la victoria de la izquierda, Hollande planteó al jefe de Estado "dos exigencias": la "remodelación" de su propio comportamiento y de su política, y la revalorización inmediata de las pensiones bajas y salario mínimo.

Pidió a Sarkozy que oiga los mensajes de "frustración" por el incumplimiento de las promesas de mejorar el poder adquisitivo de los franceses y de "exigencia de justicia social".

El líder socialista exigió al primer ministro, François Fillon, un debate sobre los temas económicos, financieros y presupuestarios y "una confrontación" de sus propuestas y las de la oposición sobre el poder adquisitivo, en cuanto el Parlamento vuelva al trabajo.

Aunque Sarkozy, que presidía hoy los funerales nacionales del que fuera el último superviviente de los antiguos combatientes franceses de la Primera Guerra Mundial, no se ha expresado públicamente, sus allegados lo hicieron hoy para minimizar la magnitud de la derrota y recalcar la necesidad de "acelerar las reformas" ante la "impaciencia" del electorado.

Pero, en lo que atañe a su imagen, el presidente ya había oído el mensaje de los sondeos y de la primera vuelta del pasado día 9: ha decidido cambiar su estilo para hacerlo "más presidencial", como sus predecesores, y remodelar su equipo y formato de comunicación.

En breve se esperaba el anuncio oficial de la partida del portavoz del Elíseo, David Martinon, y el fin de sus ruedas de prensa semanales -que encarnaban la comunicación "a la estadounidense" implantada por Sarkozy-, y la vuelta a un sistema más tradicional, más controlado y con menos intervenciones desordenadas de los principales asesores presidenciales.

Y habrá reajustes "técnicos" en el Gobierno, en palabras del brazo derecho de Sarkozy en el Elíseo, Claude Guéant.

"Los franceses aguardan que ciertas funciones sean asumidas con más visibilidad", pero está excluido cambiar "la arquitectura general del gobierno o los grandes puestos antes de comienzos del 2009", afirmó Guéant en el diario "La Croix".

Se espera la creación de secretarías de Estado adicionales (como la Ordenación del territorio o la Economía Digital) y posibles transferencias de competencias, además del nombramiento del nuevo responsable de Ultramar, ya que el titular, Christian Estrosi, presenta hoy su renuncia tras su elección en Niza.

Hace unas semanas, el propio Sarkozy había afirmado que no sería sensato hacer una gran remodelación gubernamental a tres meses del inicio de la presidencia semestral francesa de la Unión Europea.

Al tratar de relativizar la derrota, la derecha cita la abstención récord y la victoria de 18 de los 22 miembros del Gobierno que postularon. Y, sobre las reformas, cita un sondeo de CSA según el cual un 67 por ciento aboga porque continúen.

A la vez, un 66 por ciento afirma que la prioridad debe ser la mejora del poder adquisitivo. Esta preocupación eclipsa a todas las otras, como la limitación del gasto público o la ayuda a los más desfavorecidos.

La prensa económica se preguntaba hoy si el mantenimiento del "rumbo" proclamado por el Gobierno significará un "plan de rigor", preconizado por algunos para ir más lejos en las reformas estructurales y combatir los déficit, como pide Bruselas.

Mientras, los editorialistas coincidían hoy en el gran éxito de la oposición de izquierdas, en particular los socialistas.

El propio Hollande subrayó hoy que se han superado los objetivos: la izquierda tiene una ganancia neta de 38 ciudades de más de 30.000 habitantes y nueve de las de más de 100.000, de las que dirigirá 24 del total del 36. Sin olvidar la conquista de nuevos departamentos en las Cantonales que pone a su alcance 60 del total de 101.

Pero el PS afronta su propia renovación, entre las rivalidades por su liderazgo, de cara a las Presidenciales de 2012.

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