Las organizaciones sectoriales y sindicatos lácteos han coincidido hoy en señalar que España se ha convertido en el "sumidero" de los excedentes de leche de Francia y ha denunciado prácticas de "dumping" y el "nacionalismo de la distribución", que trae sus marcas blancas de otros países.

Así se lo han trasladado los representantes de la industria láctea, de las organizaciones agrarias y de la Confederación de Cooperativas a la subdirectora general de productos ganaderos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) durante una reunión que han celebrado esta mañana en Madrid.

En el encuentro, se ha analizado la actual situación del mercado internacional de lácteo y se ha apuntado el cambio de ciclo experimentado por el sector, que ahora se enfrenta a un futuro marcado por la gran volatilidad de precios y existencias.

En este sentido, el presidente de la Federación Española de Industrias Lácteas (FeNIL), Luis Calabozo, ha expuesto que el futuro a medio plazo en el mercado internacional se caracteriza por una clara tendencia a la baja en los precios por el incremento de las producciones mundiales y la caída de la demanda forzada por la detracción del consumo ante la crisis financiera.

En España esta situación se traduce, según Calabozo, en la necesidad de establecer mecanismos de ajuste urgente de oferta y demanda para estabilizar las relaciones entre los ganaderos españoles y la industria.

Así, destaca la idoneidad de los contratos homologados adaptados a la situación del mercado y de frenar la vulnerabilidad por dependencia del sector lácteo español que produce por debajo de las necesidades de su mercado interno y a unos costes inferiores a los de los vecinos comunitarios que, además, "nos colocan sus excedentes".

Calabozo ha asegurado que el sector español ha pasado del "pánico por desabastecimiento" al pánico por sobreoferta, en un mercado "cautivo de los sobrantes de leche comunitarios".

El responsable de leche de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Román Santalla, ha insistido en que hay que poner coto a las prácticas de "dumping" de la industria láctea francesa, que vende en España sus excedentes de lácteos elaborados y leche a granel por debajo de su coste.

Ha expuesto que no se puede impedir la entrada de productos franceses porque el comunitario es un mercado único, "pero dejar que entre el queso galo a un precio medio de 2,40 euros el kilo o el chedar a 3,20 euros el kilo es un despropósito para nuestros ganaderos, que no pueden competir con el fraude".

Santalla ha reiterado que la leche compite en precio y calidad con la que hacen los franceses, pero no contra el "nacionalismo de la distribución, que cede a la presión del sector lácteo de sus países de origen y se trae de allí sus marcas blancas copando el mercado nacional".

El responsable de Cooperativas Agrarias, Fernando de Antonio, ha coincidido en el diagnóstico y ha reiterado tanto el "nacionalismo de la distribución" como las prácticas de "dumping" de la industria francesa para dar salida a sus excedentes.

De Antonio ha apuntado el temor de los ganaderos a las nuevas bajadas que se avecinan en el precio de la leche en origen en los próximos meses y las dificultades que se están planteando para garantizar la recogida de leche en algunas explotaciones por parte de la industria.

En la reunión mantenida esta mañana en el MARM también se ha puesto sobre la mesa la necesidad de plantear un plan de abandono sectorial urgente.