Este artículo se publicó hace 15 años.
Seis coches bomba dejan 37 muertos en Bagdad
Seis coches bomba explotaron el lunes en cinco puntos de la capital iraquí, matando al menos a 37 personas e hiriendo a decenas más, en lo que responsables estadounidenses e iraquíes dijeron que fue un atentado coordinado de extremistas de Al Qaeda.
El peor de los atentados se produjo en un popular mercado de Ciudad Sáder, en el que murieron al menos 12 personas y otras 65 resultaron heridas.
Otro coche bomba estalló en una transitada calle del centro de Bagdad cerca de un grupo de personas que hacían cola en busca de trabajo. Acabó con la vida de seis de ellos e hirió a 15, dijo la policía.
Hubo otras dos explosiones. Una en un mercado de Husseiniya, en las afueras de Bagdad, que mató a cuatro personas, y la cuarta en el este de Bagdad, al parecer contra un convoy de un responsable del Ministerio del Interior, que mató a un guardaespaldas y un transeúnte.
"La explosión causó daños graves en los edificios e incluso causó heridas a algunos niños", dijo el tendero Abdul Jabar Saad, testigo de la explosión. "Alá maldiga a esta gente".
Horas después de las cuatro explosiones en las primeras horas del día, el barrio del sur de Bagdad Um al Maalif fue sacudido por dos estallidos separados en el mismo mercado, que causaron la muerte a 12 transeúntes y heridas a otros 32.
Los ataques sucedieron tras una semana de arrestos en Bagdad contra combatientes suníes de los llamados Consejos del Despertar realizados por el Gobierno encabezado por chiíes.
El Ministerio del Interior no quiso comentar si los atentados son un ataque coordinado o una reacción a los arrestos, uno de los cuales provocó enfrentamientos el sábado entre fuerzas gubernamentales y simpatizantes del detenido.
El Gobierno insiste en que solo detiene a los acusados por delitos graves, pero los combatientes, muchos de ellos antiguos insurgentes, temen que esté ajustando cuentas.
Los Consejos cambiaron de bando a finales de 2006 y se unieron a las tropas estadounidenses para luchar contra Al Qaeda, dirigiendo puestos de control y llevando a cabo operaciones en todo el país.
El Gobierno iraquí comenzó a tomar el control de sus operaciones a finales del año pasado, pero la desconfianza entre ambas partes siguen siendo muy profundas. Algunos de los combatientes se quejan de que llevan dos meses sin cobrar, aunque las autoridades iraquíes explican que fue un problema administrativo que se ha resuelto.
Según responsables estadounidenses e iraquíes, un pequeño número de los 90.000 integrantes de estos consejos han sido infiltrados por Al Qaeda y otros grupos radicales.
La violencia ha descendido de forma drástica en Irak a niveles no vistos desde finales de 2003, pero los extremistas aún tienen capacidad de perpetrar ataques a gran escala en la capital y las provincias de Diyala y Nineveh.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.