Este artículo se publicó hace 15 años.
El Senado afianza la nueva Ley de Extranjería con el dúo PSOE-CiU
El PP añadió sin éxito nuevas enmiendas que criminalizan a los inmigrantes
El paso del debate de la reforma de la Ley de Extranjería por la comisión de Trabajo e Inmigración del Senado sólo ha servido para afianzar, e incluso radicalizar, los argumentos de cada grupo parlamentario a favor o en contra del texto que regula la inmigración.
El PSOE trató de convencer al resto de grupos de que el aumento de la estancia de los extranjeros en los centros de internamiento (CIE) de 40 a 60 días y las restricciones al reagrupamiento familiar que impide al inmigrante traer a España a su padre si no es mayor de 65 años son "más garantías y derechos", según la senadora Matilde Fernández.
Las ONG critican estas medidas y el grupo de CiU, clave en el Congreso para aprobar la ley, tampo parece estar muy a favor. La senadora catalana Montserrat Candini amagó con romper el consenso con el PSOE al oponerse a la ampliación de 20 días del límite de estancia en los CIE, "teniendo en cuenta que el promedio de permanencia en estos centros es de 17 días". Sin embargo, retiró la enmienda de su grupo en favor del consenso.
El portavoz del PP, Eugenio Jesús Gonzálvez, defendió las 73 enmiendas que su grupo presentó en la Cámara Alta para tratar de endurecer la entrada de extranjeros. La primera enmienda define su punto de vista: "Queremos que el título deje de llamarse de derechos y libertades y se cambie por derechos y obligaciones", expuso. El portavoz conservador llegó a criticar que el resto de grupos "olviden que un inmigrante irregular es un delincuente".
La votación final del texto que será debatido el próximo miércoles en el Pleno del Senado antes de ser devuelto al Congreso recibió 14 fotos a favor y los 12 del PP en contra.
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