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Shentalinski sostiene que "temer a Rusia es una postura de débiles"

EFE

El escritor Vitali Shentalinski sostuvo hoy, al presentar su libro "Crimen sin castigo", que hoy día temer a Rusia es "una postura de débiles", porque la sociedad rusa se interesa mucho por la forma de vida de los europeos y "ha empezado a superar su complejo de inferioridad".

"No entiendo qué amenazas puede suponer Rusia en estos momentos para España", dijo el poeta y ensayista que se atrevió a "abrir la tumba de la memoria histórica" y fue el primero en entrar en los archivos literarios de la KGB, con cuyos hallazgos ha reconstruido las ruinas de miles de escritores, pensadores o intelectuales rusos perseguidos o ejecutados por el régimen estalinista.

"Crimen sin castigo" se refiere al año del gran terror, 1937, -el mismo del centenario de Pushkin- y culmina la trilogía que empezó con "Esclavos de la libertad" (2005) y "Denuncia contra Sócrates" (2006), tres obras publicadas por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, sin que exista en otra lengua una edición completa de la misma, dijo el editor Joan Riambau.

Shentalinski se disculpó por empezar la presentación de su libro con unas opiniones más políticas que literarias, a partir de un chiste sobre el presidente ruso Vladimir Putin, de quien opinó que si es cierto que tiene "todo el poder" en Rusia, pasará como "un episodio histórico" que se superará.

"En vez de caer en el pánico y la histeria, debemos preguntarnos por qué Rusia ha creído necesario un personaje así, por qué se ha llegado a esta situación", recalcó el escritor, que consideró "imposible" valorar de forma unívoca los elementos positivos y negativos que han ascendido a Putin al poder.

Y tras precisar que Rusia es "un continente euroasiático complejo y abigarrado, que quizás requiera una mano más dura que Europa", explicó que en su afán de orden, los rusos "no han sabido detenerse en su momento de sensatez" y que ese exceso "que trae represión, eliminación de la oposición y culto a la personalidad" hace que aparezca el miedo.

Además, "Stalin no desaparece de la conciencia rusa y desde 1990 ha duplicado su popularidad", señaló también, crítico con el "pragmatismo casi cínico" que se da entre jóvenes como aquella nieta de un represaliado que calificó a Stalin como "un empresario eficiente", una traición que intenta "no ennegrecer su conciencia".

Pero insistió en que Rusia trata de superar su memoria histórica y su complejo de oscilar entre el orgullo y la humillación. "Observamos la normalidad de Europa sin encontrar un lugar en el mundo", pero ya se ha empezado a entender, dijo, que "somos sencillamente de otra manera y la sociedad está ansiosa de visiones positivas".

Ricardo San Vicente, profesor de literatura rusa, con el que Shentalisnki concibió los seis volúmenes "La tragedia de la cultura" que reúnen a los clásicos de la literatura rusa del siglo XX, comentó durante el acto que "el pasado pesa mucho en el presente de los escritores rusos, que hoy quieren recuperar su memoria moral".

"Crimen sin castigo" es un informe inclemente sobre el destino de cientos de escritores condenados por sus ideas artísticas, desaparecidos en el Gulag, arrojados al exilio, marginados o castigados "con la peor pena que puede sufrir un creador: ver cómo su obra es destruida ante sus propios ojos".

"Es imposible imaginar cuántos frutos de la inspiración y obras maestras desaparecieron en ese abismo de muerte y destrucción", señala Shentalinski, que con este trabajo se propuso reconstituir el castigo que hubieran merecido todos aquellos crímenes.

"Crimen sin castigo" lo forman cinco narraciones documentales con una metáfora central: en la primera, una frase de un represaliado en el siglo XVII señala: "Hombre, conoce tu propia dignidad", y esa frase, para el autor, podría hoy estar inscrita en los muros del Kremlin como una idea del estado ruso actual.

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