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Las sicav dejan atrás el glamour al perder dinero

Los adinerados tienen 2.350 millones en vehículos que tributan al mínimo

S. R. ARENES

Tener una sicav ya no está tan de moda entre los ricos. Estas sociedades de inver-sión de capital variable (su nombre es un acrónimo) fueron creadas en 1983 por el Gobierno de Felipe González para que los ricos mantuvieran su dinero en España y no hubiera fugas de capitales, aunque la normativa que las consagró data de la época de Aznar. Durante casi una década, han resultado un buen instrumento para que las grandes fortunas tributen lo mínimo: el 1% en el Impuesto sobre Sociedades, frente al 30% que pagan las empresas. Pero en 2011 se cayóel mito y el glamour se esfumó.

El año que se acaba de clausurar sufrió una hecatombe tal en las bolsas y en los mercados donde se venden los títulos de deuda de los estados soberanos (renta fija) por los ataques contra los países del euro que los gestores de las sicav se quedaron sin saber dónde meter el dinero de los millonarios para que no perdieran. No lo han logrado, y las sicav se han dejado, en conjunto, un 3% del patrimonio, según los últimos datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), del tercer trimestre.

Estas pérdidas han salpicado a sus dueños: Alicia Koplowitz que vendió a su herma-na Esther su parte en FCC en 1998 o la mujer más rica de España, Rosalía de Mera (cofundadora de Inditex); además de Isak Andic, dueño de la cadena textil Mango; los Polanco (primeros accionistas de Prisa); el fundador de Fadesa, Manuel Jove; el inversor Juan Abelló; la familia Del Pino (propietaria de Ferrovial) y el inversor indio Ram Bhavnani. Sólo estos dos últimos se salvan al lograr ganancias.

Pese a los números rojos, los ricos siguen acumulando 2.345 millones en sus sicav, creadas como sociedades para que paguen a Hacienda el mínimo posible y no como el resto de los contribuyentes.

Ni siquiera la práctica masiva en 2011 de lucrarse con los títulos de deuda de los países comprándoselos por tan sólo unos días a los bancos a cambio de una rentabilidad (la inversión en repos o adquisición temporal de activos, en jerga financiera) les ha servido a los grandes patrimonios para cerrar con ganancias.

Sin embargo, no es la primera vez que las sicav saldan un año con pérdidas. Pasó en 2008, cuando empezó la crisis. Pero la diferencia sustancial con aquel año es que, desde el ejercicio pasado, hay restricciones y los ricos no pueden sacar su dinero de las sicav sin pagar al fisco, como habían hecho hasta septiembre de 2010, disfrazando las retiradas de liquidez como reducciones de capital o reparto de la prima de emisión.

No se sabe qué decisiones tomará el PP. Pero el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, criticó este cambio porque sólo consigue 'ahuyentar' el capital, dijo en septiembre de 2010.

El mal año ha hecho que algunos millonarios hayan liquidado sicav para llevar el dinero a otra parte, como ya hizo hace dos años el dueño de Zara, que las liquidó para invertir en ladrillo.

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