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Con "El siglo XIX en el Prado", la ampliación iniciará su andadura pública

EFE

Oculta durante la última década, la colección de pintura del XIX sale después de una década a la luz en la exposición "El siglo XIX en el Prado", con la que el museo iniciará su andadura pública el próximo día 31.

A partir de ese día, el público podrá admirar en toda su dimensión la mayor ampliación de la historia del museo a través de una exposición en la que devuelve al público su excepcional colección del siglo XIX, tras un largo período de inaccesibilidad en el que se ha acometido una revisión y restauración de la misma.

"El siglo XIX en el Prado" permite hacer un repaso por la historia del arte español desde el último cuarto de siglo de vida de Goya hasta Sorolla, pasando por Fortuny, Rosales o Madrazo. Más de un centenar de obras -95 pinturas y 12 esculturas- componen una muestra en la que el público también podrá contemplar la exposición de gabinete dedicada a una selección de dibujos de Goya protagonizada por el "Toro mariposa".

Tres maestros del Prado serán protagonistas también de los actos con los que se celebrará el nuevo Prado. Velázquez, El Greco y Goya forman parte del programa inaugural que durará seis meses y en el que está previsto que el 19 de noviembre, fecha en que el museo celebra su 188 aniversario, se inaugure "Fábulas de Velázquez", con un total de cincuenta obras, treinta de ellas del maestro sevillano, entre las que se encuentra "La Venus del Espejo".

En diciembre se prevé la apertura de una pequeña muestra sobre los "grecos" del Prado y en abril de 2008 de la dedicada a Goya y los años de la guerra.

Con la apertura de los nuevos espacios diseñados por Rafael Moneo en torno al área de los Jerónimos, el Museo del Prado pone en marcha la ampliación más significativa de sus casi doscientos años de existencia y que comenzó con la firma del pacto parlamentario alcanzado en 1995.

El nuevo edificio -con un presupuesto total de 152 millones de euros- incorpora más de 15.715 metros cuadrados, un incremento de más de un 50% sobre la superficie actual.

El diseño de Moneo une el museo con un complejo formado por la construcción de nueva planta y el Claustro restaurado de los Jerónimos. Desde el exterior, el enlace entre los dos edificios queda oculto por una plataforma ajardinada de boj.

El nuevo volumen de ladrillo y granito edificado en torno al antiguo Claustro se alinea con la fachada de la Iglesia de los Jerónimos dejando ver desde el exterior parte de la arquería restaurada y restituida. Su fachada se abre al exterior a través de las monumentales puertas de bronce realizadas por la escultora Cristina Iglesias y el interior se distribuye en tres plantas de acceso público y otras cinco entreplantas para servicios internos del museo.

La nueva construcción rehabilita el uso de la entrada principal del edifico Villanueva, la puerta de Velázquez, conectando este acceso de forma directa con la ampliación a través de la gran sala basilical, ahora Sala de las Musas. Junto a esta, dos nuevas entradas dan acceso a un amplio vestíbulo que conecta los dos edificios y donde se sitúan los principales servicios de atención al visitante, así como la tienda y cafetería.

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