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Simple Plan muestra su lado más ecléctico y urbano en su nuevo álbum

EFE

Después de dos años de silencio, el grupo canadiense Simple Plan vuelve a la carga con su tercer álbum de estudio, al que han llamado "Simple plan", un disco "urbano" en el que combinan de punk, rock y pop que ha tardado casi tres años en gestarse.

"La grabación del disco nos ha llevado muchísimo tiempo porque no nos conformábamos con sonar igual que en los dos discos anteriores, así que hemos pulido cada una de las canciones. Cuando grabas un disco en dos meses no puedes sacar lo mejor de ti", explica en una entrevista con Efe Pierre Bouvier, solista de "Simple Plan", que integra junto a Sébastien Lefebvre -guitarra- Jeff Stinco -guitarra-, Chuck Comeau -batería- y David Desrosiers -bajista-.

Precisamente Desrosiers va más allá y asegura que lo que se proponía con este disco era "hacer algo grande pero con apariencia sencilla. Eso es lo más difícil. La excelencia no viene de manera gratuita, siempre hay que trabajar duro".

A este grupo de amigos de Montreal la fama les vino por sorpresa ya con su primer álbum, "No pads, no helmets...just balls", que publicaron en el 2003 y en el que ya apuntaban como uno de los nuevos grupos superventas canadienses, un éxito que consolidaron con el álbum "Still Not Getting", del que se extrae su hit "Welcome to my life".

A pesar de las buenas ventas y de sus conciertos abarrotados, Simple Plan tenía la espina clavada de que se les catalogara, desde el primer momento, como una "boyband" o, lo que es lo mismo, como unos dignos sucesores de Backstreet Boys o N'Sync.

"Es absurdo que nos comparen con esas bandas porque es evidente que nuestras músicas no tienen nada que ver. Nosotros escribimos nuestras propias canciones, tocamos los instrumentos, y nuestro estilo está más cercano al rock", explica Pierre, aunque el resto de miembros no se toman tan en serio estos paralelismos.

"Pues claro que somos una boyband, porque somos hombres y somos una banda, pero preferimos que nos comparen con los Beatles que con los Backstreet Boys", dicen el resto de integrantes entre risas, en una de las primeras entrevistas que han ofrecido todos juntos a lo largo de su breve carrera.

Pero lo cierto es que tratan de evitar ciertas comparaciones odiosas, y por ello Simple Plan se alejan del pop al uso con este nuevo trabajo, apostando por un estilo aún más ecléctico y, sobre todo, mucho más rockero, como demuestran en canciones como "Take my hand" o el single promocional del álbum, "When I'm gone".

Aunque siguen igual de gamberros que siempre, los chicos de Simple Plan aseguran que con los años se están volviendo "algo más románticos", un sentimiento que reflejan en varias de las canciones del álbum como "The end", "Your love is a lie", "Time to say goodbye" o "No love", todos los títulos, por cierto, un tanto pesimistas.

"A pesar de lo que pueda parecer, no tenemos problemas sentimentales. Lo que pasa es que son canciones que hemos escrito a lo largo de estos tres años, en los que siempre tienes mejores y peores momentos y, conforme vas madurando, el estar enamorado lo ves más como una necesidad que como una diversión sin más" afirma Pierre.

Por tanto, el resultado son canciones que, como afirman, "hablan sobre encontrar el amor, encontrar la persona y el lugar que te hagan felices", todas ellas con un toque "épico y con finales muy enérgicos", aunque también con concesiones al r'b'r, un eclecticismo que se hace más que evidentes en temas como "When I'm gone".

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