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Los sindicatos portugueses piden que el rescate "evite rupturas sociales"

Los empresarios plantearán hoy a la misión de la UE y del FMI la congelación del salario mínimo

MARIO DUJISIN

Los sindicatos fueron los dos grandes protagonistas de la jornada de negociaciones entre Portugal y la troika compuesta por el FMI, la Comisión Europea y el BCE para el rescate de la frágil economía lusa.

El procomunista Central General de Trabajadores de Portugal (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGG), de tendencia socialista-socialdemócrata, dejaron bien claro que no están dispuestos a aceptar dictados foráneos basados únicamente en criterios financieros inmediatos. Según estimó el secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, la verdadera solución 'sólo puede basarse en el crecimiento económico'. El líder de la mayor central sindical del país insistió también en que cualquier paquete de ayuda exterior debe incluir 'la preocupación de evitar rupturas sociales', lo que sólo será posible reduciendo el déficit mediante 'la prolongación del plazo hasta 2016'.

El secretario general de la UGT y alto dirigente socialista, João Proença, reconoció que 'este es un proyecto duro, que exige un calendario apretado, pero pienso que siempre hay un margen para la negociación, sin marcar diferencias de fondo con la CGTP, porque lo fundamental es presentarnos de cara unida'.

La agenda inicial contemplaba también para ayer reuniones de la troika con la oposición de izquierda, representada en el Parlamento con 19% de los votos. Pero estas formaciones declinaron la invitación a sentarse en la mesa de negociaciones.

Jerónimo de Sousa, secretario general del Partido Comunista, rechazó formar parte de las negociaciones, porque 'sería una inaceptable actitud de abdicación y sumisión', que se traducirá en tomar un camino de 'hundimiento de Portugal'. Francisco Louçã, líder del Bloco de Esquerda, consideró 'inoportuna' la reunión con el trío negociador y acusó al conservador Partido Socialdemócrata (PSD) y al Centro Democrático Social (CDS, de derecha nacionalista) de 'fingir que están negociando', ya que aceptarán todo. Los Verdes, por su parte, explicaron su negativa porque 'estamos absolutamente en contra de esta llamada ayuda a Portugal.

Con los que sí se reunió la misión de la UE y del FMI fue con los representantes de los partidos conservadores. El PSD declinó informar sobre la reunión. No obstante, el portavoz del PS, Fernando Medina, acusó al presidente del PSD, Pedro Passos Coelho, de proponer algo 'peligroso' e 'irresponsable': la privatización parcial de la Seguridad Social.

Más locuaz pero igual de poco explícito fue el líder del CDS, Paulo Portas, quien, pese a no haber encabezado la delegación negociadora de su partido, expresó que 'la situación del país tan grave que la única preocupación que tengo es estar a la altura das circunstancias', postergando para 'el momento adecuado' la evaluación del programa que será impuesto por la Comisión, el BCE y el FMI.

El siguiente capítulo de estas negociaciones contempla dar hoy la palabra a los empresarios, que ya anunciaron que propondrán que el salario mínimo no suba de los actuales 450 euros a 500 euros este año, frente a lo acordado a finales del año pasado entre el Gobierno y los interlocutores sociales. También pedirán la revisión de las leyes laborales y la flexibilización de los despidos.

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