Este artículo se publicó hace 15 años.
La soledad, igual que la gripe, es "contagiosa"
La soledad, igual que la gripe, es contagiosa, según un estudio realizado a partir de investigaciones en Estados Unidos.
Se puede propagar entre grupos de gente y las mujeres son más proclives que los hombres a acabar "infectadas", según los investigadores de la Universidad de Chicago, de la Universidad de California-San Diego y de Harvard.
Utilizando datos de un estudio a gran escala, encontraron que la gente solitaria tiende a transmitir sus sentimientos melancólicos o tristes a los que les rodean, que al final terminan dejándoles aislados de la sociedad.
"Detectamos un extraordinario patrón de contagio que lleva a las personas al borde de la red social cuando se hacen solitarias", dijo el psicólogo John Cacioppo de la Universidad de Chicago, un destacado experto estadounidense en soledad.
Las conclusiones del estudio se publican en el número de diciembre de la publicación Journal of Personality and Social Psychology.
Antes de perder a los amigos, las personas solitarias transmiten sentimientos de soledad a los amigos que les quedan, que también se vuelven solitarios.
"En el límite, las personas tienen cada vez menos amigos, pero su soledad les lleva a perder los pocos amigos que les quedan", dijo Cacioppo.
"Estos efectos de refuerzo significan que nuesro tejido social puede deshilacharse en los bordes, como un hilo que se suelta al final de un jersey de punto", añadió Cacioppo.
Debido a que la soledad se asocia con enfermedades mentales y físicas que pueden acortar la vida, Cacioppo dijo que es importante que las personas reconozcan la soledad y ayudar a los afectados antes de que se alejen a los bordes.
Para el estudio, el equipo examinó los historiales de Framingham Heart Study, que originalmente estudió los riesgos de enfermedades cardiovasculares de más de 5.000 personas desde 1948.
Desde entonces, el estudio se ha ampliado, y su segunda generación, que incluye otras 5.124 personas, fue el foco de la investigación sobre la soledad.
El estudio demostró que a medida que las personas se vuelven solitarias, también se hacen más desconfiadas, y desarrollan una espiral por la que se les hace más díficil hacer amistades.
Las sociedades parecen desarrollar una tendencia natural a deshacerse de estas personas solitarias, algo que se refleja en las pruebas con monos, dijo Cacioppo, añadiendo que esto hace que sea aún más importante reconocer la soledad y tratarla antes de que se extienda.
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