Este artículo se publicó hace 14 años.
La subasta eléctrica hace prever una fuerte subida de la luz en enero
La puja entre empresas, celebrada ayer, arrojó un notable aumento del precio de la electricidad
El año nuevo amenaza con traer una mala noticia para el bolsillo de los españoles. Las tensiones en el mercado de la electricidad sugieren que, en enero, el Gobierno tendrá que subir la factura de la luz de forma importante. Lo que no está claro es de cuánto será la subida. Fuentes del sector consideran que la luz podría subir alrededor de un 10% para los 18 millones de hogares y pymes que utilizan la tarifa de último recurso, la TUR (consumo inferior a 10 kw al mes). Así ocurrirá si el Ministerio de Industria da luz verde, como ha informado al sector, a la propuesta de orden ministerial que presentó ante la Comisión Nacional de la Energía (CNE) el pasado 3 de diciembre, en la que figuran los nuevos cálculos que deben aplicarse al resultado de la subasta trimestral que hacen las compañías eléctricas entre sí. Ayer tuvo lugar la subasta que afectará al precio de la luz en el primer trimestre de 2011.
Con los citados cálculos, que tienen en cuenta el mayor uso que se hace de energía en horas punta durante los meses más fríos (además de otros ajustes como el pago por capacidad, la prima de riesgo y las pérdidas estimadas) la subasta de ayer arrojó un incremento del precio de la electricidad para el primer trimestre de 2011 del 21,3%.
El incremento, que podría llegar al 10%, afectará a 18 millones de clientes
Este porcentaje se aplica a aproximadamente la mitad de la factura que llega cada mes a los buzones de correo, de ahí que la subida final para el bolsillo quedaría en algo menos del 10%.
La otra mitad de la factura se rige por la llamada tarifa regulada, cuya evolución decide el Gobierno. En esta parte se incluye el precio del fomento de las energías renovables, el de la gestión del operador que efectúa las subastas (Omel), la moratoria nuclear y una cantidad destinada a paliar el déficit de tarifa, que es la diferencia entre lo que se paga por la energía y lo que cuesta producirla. Esa diferencia va generando una deuda que se tendrá que pagar en cualquier caso a las eléctricas en el futuro a través de los impuestos y que ya supera los 20.000 millones de euros.
A pesar de esa hipoteca creciente, que este año sumará alrededor de otros 5.000 millones de euros (el Gobierno se había fijado un objetivo máximo de 3.000 millones), la mala prensa que tiene cualquier subida en el recibo de la luz ha provocado que el Ejecutivo optase en octubre por no incrementar esa mitad de la factura sobre la que aún decide. Esto llevó a un incremento de la luz en ese mes del 4,8%, derivado del resultado de la subasta de septiembre. En enero, según ha informado Industria a la CNE, el Gobierno tiene intención de repetir esa congelación.
El sector no descarta medidas del Gobierno para minimizar el alza
Para la revisión del pasado mes de julio se fue aún más allá, puesto que se pactó con el Partido Popular una rebaja de la tarifa regulada que neutralizase la subida que había arrojado la subasta. De esta forma se esquivó en parte la repercusión que habría tenido en la factura la suma de la subida de la tarifa eléctrica, que habría sido del 4% según el resultado de la subasta, con el aumento del IVA, que en el citado mes se elevó al 18%. La luz sí subió en enero, en concreto un 2,64%.
Dudas del sectorA las compañías eléctricas les cuesta creer que el Gobierno vaya a atreverse a afrontar el varapalo en la imagen que supondría una subida cercana al 10% de la luz en el mismo año en que afronta otras medidas impopulares. Por eso, ayer algunas fuentes del sector barajaban un porcentaje en el entorno del 4,8%, en base a los cálculos que se aplican hasta ahora. También dejaban abierta la puerta a que el Gobierno modifique en el último momento algunos de los parámetros de cálculo propuestos o incluso vuelva a rebajar la tarifa regulada. A la presión social se suele unir la del Partido Popular, personificada en Cristóbal Montoro que es quien se sienta a negociar con Industria un pacto energético que la mayoría del sector ya da por fracasado. Los conservadores no sólo no subieron sino que incluso bajaron el precio de la luz (un 2,11% en el año 2000 y un 4,01% en 2001).
De aquellas decisiones procede buena parte del agujero posterior que se ha ido generando en forma de deuda reconocida a las eléctricas. Para tratar de ir taponándolo, el Gobierno socialista subió la luz un 5,28% en 2006, un 11% en 2008 y un 5,5% en 2009.
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