Este artículo se publicó hace 16 años.
"Surprise", el debut discográfico en solitario de una rompedora soprano
Con una imagen y una personalidad rompedora, la joven soprano canadiense Measha Brueggergosman irrumpe con "Surprise" (Sorpresa), un debut discográfico en solitario en el que ha apostado por un repertorio de canciones de cabaret, poco conocidas y con tono humorístico.
"A veces la música clásica se asocia a algo lujoso, pero yo no quiero ser el tipo de artista que lo hace difícil; yo quiero llegar a la gente normal, trabajadora, como mis padres, que me apoyaron porque me querían, no porque fuera a ser una gran soprano", comenta la joven cantante en un encuentro con medios de comunicación en su primera visita a Madrid, con motivo del lanzamiento del disco, que supone también su fichaje con el prestigioso sello Deutsche Grammophon.
Orgullosa de sus orígenes, nació en un pueblo de Canadá, en el seno de una familia religiosa. Su maestra recomendó a sus padres que estudiara música por sus dotes, y a los seis años comenzó a prepararse con el piano y con el canto de la mano del director de música de su parroquia. Esos primeros años le permitieron sentirse cómoda y disfrutar del escenario.
"Me siento afortunada de haber nacido en un pueblo porque siempre me he sentido cantante, al participar en bautizos, bodas... Cantar es la extensión de mi personalidad", añade Measha Brueggergosman, un apellido casi impronunciable que ha adoptado de la combinación de su nombre familiar -Gosman- y el suizo de su esposo -Brügger-.
Con un peinado al más puro estilo "afro" y una sonrisa cautivadora, la afrocanadiense de 31 años cita entre sus referentes artísticos a la cantante estadounidense Ella Fitzgerald y no oculta su profunda admiración por la diva de Cabo Verde Cesárea Évora.
Destacada por la crítica por su heterodoxia, Measha Brueggergosman "cree profundamente en la música clásica, en todos los tipos de música clásica, que es conmovedora" y ha aprovechado la oportunidad de trabajar con el prestigioso "sello amarillo" para hacer un repertorio a su gusto y poco conocido.
"Me gusta hacer el repertorio que siento que está escrito para mí, si no, suena artificial", enfatiza esta expresiva mujer, que canta con desparpajo las cabareteras canciones de William Bolcom, entre ellas, la que da título al disco, "Surprise"; de Arnold Schoenberg y Erik Satie, saltando del inglés al alemán y al francés, pues se trataba, según sus palabras, de dar diferentes perspectivas de la música de cabaret.
Pero esta cantante no parece dotar de sacralidad a su trabajo y así lo explica: "parte de mi familia trabaja en organizaciones humanitarias y yo he ido a enseñar canto a niños de varios países de África, como Uganda o Ghana, que han sufrido años de guerra. Yo les enseño, pero ellos también me enseñan. Esto me da perspectiva".
Measha Brueggergosman, que ha actuado ya en Santiago de Compostela y Barcelona y que volverá a España en agosto para participar en la Quincena Musical Donostiarra, tiene en cartera nuevos proyectos, como un disco de música española con el carismático director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, y otra grabación más íntima, con obras compuestas para mujeres o por mujeres.
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