Este artículo se publicó hace 15 años.
Talibanes en Pakistán golpean a una joven por tener una relación
Una grabación en vídeo en Pakistán en la que aparecen varios talibanes golpeando en público a una adolescente acusada de tener una relación sentimental ofrece una muestra sombría de la expansión de la influencia de la línea islamista.
La joven de 17 años fue golpeada en el valle de Swat, unos 140 km al noreste de Islamabad hace unas dos semanas, dijo un trabajador de derechos humanos.
En febrero, el Gobierno cedió virtualmente a los extremistas el control del valle, que en el pasado fue una atracción turística, en virtud de un acuerdo para acabar con la violencia allí.
Una grabación de poca calidad, aparentemente grabada con la cámara de un teléfono móvil, muestra a los extremistas obligando a la joven, ataviada con un burka, a tumbarse boca abajo.
Un hombre la sujeta los pies y otro la cabeza mientras que un tercero, con barba negra y turbante, la flagela con una correa de cuero. La escena la contemplan varios hombres.
"Por el amor de Dios, parad, esperad, esperad", gritaba la joven mientras el hombre la golpeaba en el trasero.
El gobierno provincial aceptó en febrero permitir a los islamistas imponer la ley islámica ('sharia') en el valley de Swat a cambio de paz.
Los críticos dijeron que la pacificación sólo envalentonaría a los extremistas para tomar el control de otras áreas. Los aliados occidentales de Pakistán temen que los pactos creen lugares seguros para los combatientes talibanes y de Al Qaeda.
La mayoría de los 160 millones de paquistaníes son musulmanes conservadores pero moderados y muchos de ellos se sienten desanimados por lo que parece un inexorable avance de los partidarios de la línea dura.
"NI PRUEBAS, NI TESTIGOS"
El comandante talibán Navid Jan confirmó lo ocurrido. Un portavoz del principal clérigo del valle, aliado de los talibanes, dijo que el azotamiento iba en contra de la ley sharia.
El valle de Swat fue en el pasado uno de los principales destinos turísticos de Pakistán por sus excursiones de montaña, sus ruinas budistas y la práctica del esquí en invierno, hasta que hace dos años los combatientes extremistas se infiltraron desde enclaves en la frontera afgana para apoyar a un clérigo radical.
La activista de derechos humanos Samar Minallah dijo que la adolescente procedía de una familia pobre y fue apaleada después de que un vecino dijera a los talibanes que había tenido una relación sentimental.
"Cometieron esta brutalidad con tan solo la sospecha. No hubo juicio. Ni pruebas, ni testigos", dijo.
A un comandante extremista se le puedo escuchar fuera de cámara dar órdenes mientras la menor se retorcía y gemía: "Sujetad sus pies fuerte, agarrarla bien de las manos".
Minallah dijo que los extremistas habían difundido dos minutos de grabación de la paliza y que ésta se estaba vendiendo en los mercados.
"Fue distribuida deliberadamente por los extremistas para hostigar a los residentes y dejarles claro que pueden seguir haciendo lo que quieran", dijo Minallah.
Los habitantes de la zona condenaron la paliza.
"Es inhumano. Si eso es el islam, siento decirlo, pero no lo quiero", dijo el comerciante Abdul Kabir.
El mecánico Nasir Jan dijo que las autoridades deberían hacer algo: "¿Por qué no hacen nada contra los que lo hicieron? Es un silencio criminal".
El líder del principal partido islamista de Pakistán, el Jamaat-e-Islami, minimizó el incidente.
"Es algo menor. Deberíamos hablar sobre los rumores de ataques mayores, no sobre cosas pequeñas", dijo Munawar Hassan, refiriéndose a los ataques contra presuntos extremistas llevados a cabo por aviones no tripulados de EEUU que han causado un gran malestar entre muchos paquistaníes.
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