Este artículo se publicó hace 14 años.
La Tate Modern prohíbe al público caminar sobre las "pipas" del chino Weiwei
La Tate Modern ha prohibido a sus visitantes que caminen sobre las más de cien millones de pipas de porcelana del artista chino Ai Weiwi que cubren el suelo de su Sala de Turbinas, ya que el polvo que levanta ese material podría suponer un riesgo para la salud.
Si en un principio al visitante se le permitía entrar en esa sala y pisar a sus anchas las falsas semillas de girasol que tapizan el suelo, a partir de ahora, tras consultarlo con el artista, la Tate no dejará que el visitante se pasee por encima de la escultura.
"Aunque la porcelana es muy sólida, la entusiasta interacción de los visitantes ha provocado como resultado un nivel de polvo mucho más alto de lo esperado en la Sala de Turbinas", explicó hoy una portavoz de la Tate.
Por ello, "se ha advertido a la Tate de que ese polvo podría ser dañino para la salud tras una inhalación durante un largo periodo de tiempo".
La exposición abrió sus puertas al público este martes antes de cerrarlas el jueves, aunque la instalación podrá ser contemplada desde un puente instalado dentro de la galería.
Las "pipas" están fabricadas con porcelana de la máxima calidad y pintadas a mano sin que haya dos iguales.
Todas han sido producidas según los métodos tradicionales en la antigua ciudad de Jingdezhen, famosa por su producción de porcelana para la corte imperial.
Cada una de las pipas que componen la undécima instalación de la Sala de Turbinas, la "Sunflower Seeds" ("Semillas de Girasol"), se moldeó y se fundió en un horno a 1.300 grados centígrados, se pintó luego a mano y se metió de nuevo en el horno, esta segunda vez a una temperatura de 800 grados centígrados.
En dos años los artesanos contratados por Ai produjeron más de cien millones de pipas.
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