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"El teatro no da para cubrir más allá de los gastos básicos"

Actor. Acaba de ganar el premio Ondas por su papel en la serie 'Doctor Mateo'

REBECA FERNÁNDEZ

Gonzalo de Castro (Madrid, 1963) se quedó 'pasmado' y 'estupefacto' cuando se enteró de que había ganado el premio Ondas al mejor intérprete de ficción nacional por su papel en la serie de Antena 3 Doctor Mateo. A pesar de este éxito televisivo, este actor reconoce que el escenario donde más cómodo se encuentra es el teatro, del que disfruta cada instante. Mientras da rienda suelta a su gran pasión en los ensayos de la obra GlengarryGlen Ross, que estrenará en diciembre en el Teatro Español de Madrid, Castro encarna en la pequeña pantalla a un doctor, Mateo San Cristóbal, que encandila a los espectadores.

'Todos llevamos un Mateo dentro; sólo hay que darle paso y saberlo llevar'

¿Qué tal se queda el egotras recibir un premio?

Se queda bien, mentiría si dijera lo contrario. Estas cosas alimentan el ego, te ponen contento y te dan ánimos.

Últimamente, el doctor Mateo está más relajado. ¿Es el amor lo que le ha curado?

Parece que Mateo se relaja y supera su problema con la sangre, pero no todo está resuelto. Ni se ha curado, ni Adriana le ha hecho perder la cabeza.

Mateo es un tipo difícil, ¿cómo ha conseguido caer bien al público?

Es un hombre recto, educado, cuya manera de defenderse es ser seco, pero tras ese chasis se descubre que dentro hay carne. La gente le perdona porque en el fondo no está buscando más que contacto, un cariño que no ha tenido nunca.

¿A usted qué tal le cae?

A mí me encanta, tengo mucha empatía con él. Yo diría que todos llevamos un Mateo dentro, sólo hay que darle paso y saberlo llevar.

La serie está cosechando buenos datos de audiencia. ¿Qué cree que le gusta al público de ella?

Esta serie tiene una factura magnífica y una calidad que no tienen la mayoría de las series nacionales. Creo que estamos poniendo una pica en Flandes, estamos diciendo que aquí somos capaces de hacer ese tipo de series y, de hecho, no parece española, sino europea, por la narración y la iluminación. Estamos haciendo cine en la televisión.

El público es exigente y la competencia entre cadenas es muy dura...

Yo creo que falta paciencia con los productos para que se establezcan. Hay series muy buenas que se han quedado en un mero intento porque no ha habido un hueco o que han caído en el segundo capítulo porque las cadenas van a lo que van; se trata de un negocio. El afán de ganar dinero y arrancar a otra cadena un punto y medio es un perjuicio porque abarata el producto. Deciden poner cualquier cosa con tal de que no suba el ranking y sacrifican series estupendas por programasde mierda.

Pero algunos de esos programas también tienen mucha audiencia.

Eso dice mucho del espectador medio. Afortunadamente, tenemos espectadores para todo y hay un perfil de consumidor de televisión que responde a un canon donde están las series, que son seguidas por personas que no están interesadas en productos del corazón o en magacines extraños. Pero el hecho de que esos programas funcionen tan bien muestra que hay un sector muy grande en la sociedad que tiene boca de perro, que se come todo.

Para el actor, ¿la tele es una escuela acelerada?

La televisión es una cantera de trabajo magnífica para muchos actores, es un lugar por donde hay que pasar.

Sin embargo, donde más cómodo se encuentra usted es en el teatro.

La televisión es un sitio estupendo para trabajar y hacerte un saquito de dinero, pero el teatro es lo que me gusta. Me atrae su silencio y su liturgia. Eso tiene que ver con un hueso que llevo dentro y que llevamos algunos que, si pudiéramos elegir, nos quedaríamos siempre en él. Desgraciadamente, el teatro no te da para vivir más allá de tus gastos domésticos y por eso no hago tanto teatro.

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