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"La televisión es una creadora de ilusiones vacías"

Lolo Rico, directora de 'La bola de cristal', analiza el estado actual del medio

REBECA FERNÁNDEZ

Lolo Rico (Madrid, 1935) imaginó su propia televisión y la hizo realidad con La bola de cristal. Este programa, que se emitió entre 1984 y 1988 en Televisión Española, nació de un grupo 'de talante marxista', tomó la imagen de la Movida madrileña y aderezó la mezcla con mucho sentido del humor.

'Fuimos felices y conseguimos que hubiera gente que saliera transgresora y dos generaciones que quedaron marcadas. ¿Qué más puedo pedirle a la televisión o a mi propio trabajo?', se preguntaba ayer Lolo Rico, tras impartir una conferencia organizada por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión en la Universidad Complutense de Madrid.

'La programación actual para los jóvenes hace ignorantes'

Rico creó este formato con muchas lecturas y con el objetivo de tratar a los más jóvenes como adultos para 'enseñarles a crecer, a ser lúcidos y a mejorar'. Para ello, todo su equipo necesitaba libertad, y durante la dirección de Pilar Miró en la cadena pública, vio algunos indicios de que esa libertad podía verse resentida y el programa llegó a su fin. 'Yo no iba a entrar con mi equipo en esa dinámica. Decidimos parar'.

Este formato inteligente, que huía de los tópicos propios de la programación juvenil, quedó en el recuerdo de la historia audiovisual española como una producción que, según su creadora, ahora no tendría cabida en una televisión que 'está mal hecha y mal programada'. 'Este medio está trabajando para un mundo difícil y tiene que hacer una televisión difícil', indica Rico, quien también critica la imagen que ofrece de la mujer: 'La trata como a un objeto y de la manera más reaccionaria del mundo'.

Las críticas de una de las primeras mujeres que dirigió un programa en España también afectan a la programación destinada a los jóvenes, ya que 'no enseña ni desen-seña, en el buen sentido de la palabra, sino que hace ignorantes'. 'La televisión tiene que enseñar a comprometerse', recalca.

'El medio trata a la mujer de la manera más reaccionaria del mundo'

Por todo ello, Rico considera que la pequeña pantalla se ha convertido en 'una creadora de ilusiones vacías', a la que no deja de pedirle 'esperanza, ilusión, sentido de lucha y crítica y que nos enseñe a transgredir y a resistir'.

La autora de Televisión, fábrica de mentiras reconoce que si tuviese el poder para transformar la pequeña pantalla haría 'la revolución'. 'Sería un cambio total no sólo en la tele, sino también en la sociedad, que sería justa y libre'. Y, ¿cómo definiría el modelo del nuevo medio? 'Justo y libre, porque ahora no lo es. No es una televisión justa porque no da lo que podría y debería dar, es una televisión frustrante. Y no es libre porque nadie es hoy libre por culpa de la situación mundial', sostiene una mujer que defiende que hay que mantener la esperanza 'porque el mundo puede ser horrible hoy, pero se puede cambiar'.

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