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La temática nazi satura a los alemanes

Los alumnos estudian el Holocausto desde los 14 años

GUILLEM SANS MORA

Los alumnos de las escuelas alemanas tienen 'una impresión subjetiva de saturación' por la gran cantidad de información que reciben en clase sobre el nazismo y el Holocausto. A esta conclusión llega Sandra Fanroth, asesora educativa del Centro Ana Frank de Berlín, en un informe de investigación que acaba de remitir a la Universidad de Amsterdam.

Esta temática empieza a abordarse de forma sistemática en las clases de Historia, cuando los alumnos tienen 14 años. 'Entonces ya es demasiado tarde, porque el tema está muy presente en los medios alemanes, en la televisión, en documentales y películas', consideró Fanroth en una conversación con Público. Esta investigadora cree que habría que 'dosificar' mejor el contenido, porque 'se pretende enseñar demasiado en poco tiempo'.

El tema, por otro lado, sigue siendo difícil para profesores y alumnos. 'Hoy, la distancia temporal con los acontecimientos históricos es grande. Para las jóvenes generaciones, quienes cometieron los crímenes del nazismo no son ya sus abuelos, sino sus bisabuelos. A pesar de ello, el tema aún provoca una enorme tensión y desazón en las clases, porque los alumnos saben, o intuyen, que miembros de sus propias familias fueron criminales', señala.

Fanroth ha estudiado la evolución de los libros alemanes desde el fin de la II Guerra Mundial. Los aliados, sobre todo Estados Unidos, 'forzaron' la introducción del nazismo en los manuales. Pero en cuanto las fuerzas de ocupación occidentales se hubieron marchado, se produjo 'un claro retroceso'. En la época del primer cancillerde la democracia, el democristiano Konrad Adenauer, el nazismo 'se callaba o se encubría'.

A finales de los años sesenta, el movimiento estudiantil alemán reclamó hacer tabla rasa con el nazismo. Protestó con ira contra un sistema en el que antiguos nazis ocupaban puestos de responsabilidad en la política, la Justicia y la Administración, pero el verdadero punto de inflexión no llegó hasta 1978. El impacto en Alemania de la miniserie de televisión estadounidense Holocausto, con intérpretes como Meryl Streep, fue mayúsculo. Tanto es así, dice Fanroth, que los libros de texto se revisaron a partir de ese momento.

Los alumnos alemanes también visitan regularmente los antiguos campos de concentración. A partir de la década de 1960, Alemania occidental empezó a habilitar estas instalaciones como memoriales y museos, para evitar que acabaran en ruinas. En algunos centros se completa la formación con literatura que aborda la persecución a los judíos.

Pero la confrontación viva con la propia historia en los colegios alemanes no se limita al nazismo. Los alumnos se ocupan también de la dictadura de la República Democrática Alemana y visitan museos relacionados con el Muro de Berlín o cárceles de la Stasi, la policía secreta comunista.

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