Lobo Antunes acaba de pasar por España para recibir el Premio Juan Rulfo que entrega la Feria del Libro de Guadalajara y, además, para presentar novela, Mi nombre es Legión (Mondadori). En ella se enfrenta a la eterna duda: en qué consiste el oficio de escribir.

¿La pregunta sobre el oficio es la que se planteó al comenzar el libro?

No, no. Yo no me planteo ninguna pregunta cuando comienzo un libro. Lo que intento es hacerlo lo mejor que puedo.

En la novela, un policía se traslada a un barrio marginal de Lisboa. ¿Qué simboliza ese policía?

Quizá es la dificultad del escritor ante el material, ante cómo trabajarlo. Al escribir, uno no tiene imaginación, sólo memoria. Y es la manera en cómo arreglas la memoria lo que llaman imaginación. Cuando empiezo un libro no tengo nada en la cabeza, pero tengo miedo de lo que voy a escribir.

¿Por qué tiene miedo?

Me da miedo desilusionar a la gente que desde el principio tuvo una confianza en mí. Estás trabajando siempre en lo oscuro. Yo estoy siempre lleno de dudas.

¿Es esta una novela negra?

El lector puede pensar lo que quiera.

Pero, ¿la ha escrito como una novela policiaca?

Durante mucho tiempo tuve desprecio por las novelas policiacas porque pensaba que no eran literatura. Ahora creo que tienen cosas importantes.

¿El hecho de ser escritor estaba antes de que usted se dedicara a escribir?

Yo empecé a escribir con 4 ó 5 años. Y no sé por qué. Podría intentar racionalizar sobre eso, pero estaría mintiendo, y ya no miento.

¿Por qué?

Porque es mucho más interesante jugar al póker con las cartas a la vista. Puedo ganar o perder. Y porque jugar a la mentira es de mala educación.

Muchos viven de faroles.

Sí, pero yo me he arrepentido siempre que he mentido. Y, además, no tengo mucho que decir. Yo no firmo manifiestos. Yo no soy un intelectual.

En esta novela hay mucha soledad..., ¿la soledad predispone a actuar mal?

La soledad está en todas partes y siempre hay un núcleo de nosotros que no puedes compartir aunque quisieras porque no hay palabras que lo expliquen. Es como un libro, que es un reto imposible. Como los marines, que dicen, si no es difícil no es para nosotros.Pero yo pienso que esa es la única manera de vivir. De la misma manera que para empezar un libro tienes que estar seguro de poder escribir. Todo libro ha de ser una lucha con el material, pero no puedes pensar que el libro te va a derrumbar.

En febrero usted comentó que ya no iba a escribir más. ¿Es eso cierto?

Sí, es que pienso hacer lo que hacía antes: escribir libros y romperlos después. Para mí publicar ya no es importante. Me gustaría volver a ser anónimo y tener una vida tranquila. Podría vivir de los libros sin escribir más, pero si no escribo tengo un sentimiento de culpa.

¿Pero no le da orgullo ver sus libros publicados?

No, porque desde los cinco años sabía que era el mejor.

¿A quién lee?

Cuando tenía 8 años leía a Corín Tellado. Y me gustaba. Yo he leído y leo de todo.

¿Usted escribiría ahora en Internet, en los blogs?

Yo no tengo ordenador. Me gusta dibujar las letras, el olor del papel. Si escribiera en ordenador sería como hacer el amor con preservativo y a mí me gusta menos.