Este artículo se publicó hace 14 años.
Yo tenía una finca en Dinamarca
Memorias de África termina con la marcha de Karen Blixen de Kenia. Entonces, de regreso a Dinamarca, empieza su vida de escritora.
Cuando Karen Blixen abandonó Kenia -tras la muerte de Finch Hatton y la venta de su granja, lo que es bien conocido por la película Memorias de África- emprendió el regreso a casa, a su otra casa, la casa familiar en Dinamarca, donde había nacido en 1885. Esta mansión, al borde de un mar brumoso, se convirtió en su nuevo hogar y allí vivió hasta su muerte, en 1962. Hoy es el otro lugar de peregrinaje para sus lectores y para todos aquellos que quedaron fascinados por el personaje interpretado por Meryl Streep en las pantallas.
La finca familiar se encuentra en Rungsted, a 26 kilómetros al norte Copenhague, a orillas del estrecho de Oresund. Hay partes de la casa que son del siglo XVI y fue comprada por el padre de la escritora en 1879. La finca consta de 16 hectáreas de terreno que forman una verdadera reserva natural, muy apreciada por las aves migratorias en su camino a o desde Escandinavia.
Un recorrido por las estancias de la casa -las que se pueden visitar- es un regreso a África. Los muebles, la decoración, parecen fuera de sitio en estas tierras danesas, pero encajan perfectamente con la personalidad de la escritora. Allí está el cofre de Zanzíbar que le regaló Farah, su sirviente somalí. Allí hay lanzas, escudos, parasoles, más propios de una granja en África que en una sólida mansión norteña.
Retirada allí, con la sola compañía de sus recuerdos, inició una carrera literaria que, después de los desplantes iniciales, fue aceptada por la crítica y el gran público. Allí escribió relatos que, mucho después, han sido llevados al cine: Orson Welles adaptó Una historia inmortal y Gabriel Axel El festín de Babette.
Se dice que, antes de acostarse, todas las noches abría la puerta sur de la casa y permanecía un momento mirando hacia el infinito, hacia África.De un viaje a Estados Unidos trajo la amistad de algunos escritores. Truman Capote la visitó en Rungsted, y en Música para camaleones recuerda que era "una auténtica seductora, una seductora por conversación. ¡Ah!, qué fascinante era, sentada a la chimenea de su preciosa casa, en un pueblo danés al lado del mar...".
Se dice que, antes de acostarse, todas las noches abría la puerta sur de la casa y permanecía un momento mirando hacia el infinito, hacia África. Luego regresaba al salón a contemplar los dibujos y el plano de su granja al pie de las colinas de Ngong. Todas las noches. La escritora está enterrada detrás de la casa, bajo un inmenso árbol.
Unos diez kilómetros más al norte, Knud W. Jensen, un amigo de Karen Blixen, compró Louisiana, otra finca al borde del mar, donde instaló su colección privada de arte. Aquí el terreno es muy ondulado, y las ampliaciones posteriores han jugado con los desniveles y los constantes cambios de perspectiva sobre el estrecho de Oresund y el horizonte. Un terreno propicio para las obras de artistas como Henry Moore o Calder. Louisiana es ahora uno de los museos más interesantes de Europa, donde el arte dialoga con la naturaleza como en pocos lugares. En el interior hay obras de Picasso, Rauschenberg, Dubuffet, Giacometti...
Más al norte, donde el estrecho de Oresund se abre al ancho mar, está Helsingor. Es el Elsinor donde Shakespeare desarrolla la tragedia de Hamlet. El castillo de Kronborg es del siglo XVI, y el autor inglés nunca estuvo por aquí, pero se inspiró en una leyenda muy anterior. El castillo se eleva sobre un saliente de tierra en la parte más angosta del estrecho, un lugar perfecto para controlar el paso de personas y mercancías, y para servir de faro a los navegantes. "Kronborg a proa", gritaban los vigías a la vista de sus torres cubiertas de cobre. Iban por el buen camino.
CÓMO IR
Iberia tiene vuelos diarios a Copenhague. Desde la capital danesa se puede tomar un tren hacia Helsingor. Rungsted Kyst es la estación para visitar Rungsted, y Humlebaek para llegar a Louisiana. Hay un paseo desde las estaciones a los museos.
DÓNDE DORMIR
La gran dama de la hostelería de Copenhague es el Hotel d'Angleterre, con un emplazamiento inmejorable junto al Teatro Real, la zona de compras y el canal Nyhavn. Un estilo diferente, igualmente encantador, presenta el 71 Nyhavn Hotel, que ocupa un antiguo almacén del puerto perfectamente acondicionado pero manteniendo la atmósfera.
DÓNDE COMER
Restaurant Nouvelle es uno de los mejores de Copenhague. No es barato, pero la comida es deliciosa. Para un almuerzo típico a base de smorrebrod, una de las mejores apuestas es Slotskaeldere (Fortunstraede 4), a dos pasos del Stroget, con ambiente muy agradable y lleno de habituales. En los alrededores de Garbrodretorv, una de las plazas más agradables de Copenhague, hay decenas de restaurantes muy atractivos. Tanto en Rungsted como en Louisiana hay cafeterías dentro de los museos.
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