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Teresa Solana debuta en el género del cuento con historias con mucha sangre

EFE

Incapaz de contemplar un cadáver en directo y reconociendo que la sangre le produce pánico, se lanza la escritora Teresa Solana a la yugular del género del cuento para elaborar su nuevo libro, "Set casos de sang i fetge i una història d'amor", en el que combina humor, asesinatos, fantasmas y vampiros.

Fiel a su estilo fresco y directo, señala la barcelonesa, en una entrevista con Efe que, después de convertirse en una autora de grandes ventas gracias a sus novelas "Un crimen imperfecto" y "Atajo al Paraíso", todas en Edicions 62, ahora llega a las librerías con ocho relatos cortos escritos en los últimos tres años.

Se trata de historias, algunas de ellas ubicadas en tiempos pretéritos o del futuro, que le sirven para "hablar de nuestra sociedad" y de todas aquellas cosas que no le gustan, que son mejorables y que cree que se deben denunciar.

A su juicio, la mejor manera de llevar a cabo esta denuncia "es llevando unos hechos hasta el absurdo y, con sentido del humor, resaltar lo ridículo de algunas de las cosas de nuestro mundo, como que todavía existan prejuicios de clase".

En los siete primeros cuentos, tanto se adentra por las salas de una exposición de arte conceptual con sorpresa, como anda por el piso de dos viejecitas del Eixample que, poco a poco, acaban un trabajo sangriento que tiene como protagonista al yerno de una de ellas.

Asimismo, Solana no tiene miedo en dar vida a los fantasmas de una rica familia o de visualizar a un pálido vampiro de un pequeño pueblo que un día descubre que tiene competencia en el lugar.

En cambio, la macabra historia de amor con la que cierra el libro se aparta de la ironía que ofrece en los cuentos, pintándola de un tono oscuro, incluso gótico, que tiene como escenario la sala de autopsias del hospital Clínico de su ciudad.

Teresa Solana, traductora traducida a diferentes lenguas, comenta que este relato fue un encargo para incluirlo en una antología que se publicará en los Estados Unidos, en la que querían una historia de género negro que transcurriera en Barcelona.

La novelista empezó a reflexionar sobre la belleza, después de quedar sobrecogida por una ópera en el Liceo, y a partir de pensar que muchas veces lo bello está donde no se ve, construyó el cuento, en el que un médico acaba condenado al darse cuenta que la perfección de una mujer fea estaba en sus entrañas.

"Quería -prosigue- acometer algo pavoroso, yo que tanto miedo tengo a los muertos y que he sido incapaz de bajar a la sala de autopsias del Clínico, y eso que he tenido la oportunidad de hacerlo".

Confiesa, por otra parte, que imaginó una trama muy cinematográfica e incluso no descarta elaborar en el futuro un guión.

Preguntada sobre cómo surgen sus ideas a la hora de plasmarlas sobre el papel, asevera que el periódico es una gran fuente, "por muchas de las informaciones que publica y por muchas de las reflexiones que éstas provocan entorno a cuestiones como la violencia de género".

Respecto a si tiene ya pensado un nuevo argumento para sus peculiares detectives Eduard Martínez y Borja Masdéu, contesta Solana que está escribiendo una nueva novela, que transcurrirá en una clínica de terapias alternativas en la parte alta de Barcelona. "Reírme de los más débiles no me gusta", concluye.

Nacida en Barcelona en 1962, esta licenciada en filosofía lleva años escribiendo, pero no fue hasta 2006 cuando se dio a conocer para el gran público con "Un crimen imperfecto", con el que obtuvo el premio Brigada 21 de novela en catalán.

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