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Un testigo dice que vio a los hermanos Del Valle meter un carrito en un coche

EFE

Un total de 15 testigos han prestado declaración en la segunda sesión del juicio por el caso Mari Luz, entre ellos un taxista que ha asegurado que el día de la desaparición de la niña vio a los hermanos Del Valle a las puertas de su domicilio metiendo un carrito de la compra en un vehículo.

Este testigo ha revelado algo que hasta el momento no se conocía, ya que si bien en su declaración ante la Policía Nacional, el 22 de mayo de 2008, indicó que había visto a tres personas con un carrito de la compra, entonces aseguró que no podía reconocerlos.

Hoy, sin embargo, desde el principio de su declaración ha mantenido que, entre las cosas que de esa tarde le llamaron la atención, una de ellas fue ver a los dos acusados tratando de meter un carrito de la compra en el maletero de un vehículo.

Ha asegurado que vio como Rosa del Valle llegó a las puertas de su casa con el vehículo, paró y salió su hermano, Santiago, procedente del portal con un carrito.

También ha relatado que Santiago se alteró cuando trataban de meterlo en el maletero, aunque finalmente ambos cogieron el carrito y a la fuerza lograron introducirlo en el vehículo.

Esta declaración ha sido cuestionada por el abogado de Rosa del Valle, Manuel Domínguez, que, en declaraciones a los periodistas, ha dudado de la percepción "sobrehumana" de esta persona para advertir tantos detalles desde su vehículo en marcha.

La jornada de hoy también ha servido para escuchar al director y a una profesora del Colegio Diocesano, centro en el que estudiaba Mari Luz, y en el que Santiago del Valle se matriculó en octubre de 2007 para cursar en un ciclo formativo de Comercio.

Ambos testigos han confirmado el trato "inapropiado" del acusado con las alumnas, de entre 16 y 17 años, lo que motivó su expulsión del centro.

Concretamente, el director ha apuntado que las alumnas le decían que "lo que menos le interesaban eran las clases" y que sacaba reiteradamente conversaciones de tipo "sexual"; además, se quejaba de que "les ponía notas".

Por su parte, Rocío Camacho, profesora de Informática, ha precisado que le llamó la atención de Santiago "las miradas que tenía, que eran fijas, constantes y profundas y me incomodaban".

Ha resaltado además que un día al llegar a clase las niñas estaban "nerviosas" porque el acusado había dibujado en la pizarra el esquema de un burdel y les estaba explicando cómo llegar, las tarifas de estos centros y les sugería que "tuvieran relaciones con mayores de 40 años".

Las testificales de hoy han permitido además escuchar a un ingeniero de Aguas de Huelva, quien ha considerado poco probable que el cuerpo de la pequeña llegara a la ría, donde fue encontrado el 7 de marzo de 2008, si se hubiera arrojado en una alcantarilla próxima a la barriada en la que residía.

Este testigo ha apuntado que para que esto hubiera sido posible habría sino necesario que hubiera llovido de forma fuerte e intensa, algo que, según ha precisado, no ocurrió durante el tiempo que transcurrió desde que desapareció Mari Luz hasta que fue encontrado el cuerpo en la ría de Huelva.

Esta declaración vendría a desmontar las declaraciones de Santiago del Valle ante la Policía, en las que aseguró que arrojó el cuerpo a una alcantarilla y las de ayer mismo de su mujer, Isabel García, que dijo que su cuñada, Rosa del Valle, a la que inculpó del crimen, habría hecho lo mismo con la pequeña.

Junto a este ingeniero han testificado los dos operarios de Cepsa que localizaron el cuerpo la tarde del 7 de marzo, así como el jefe de la Unidad de Rescate Acuática de Bomberos de Huelva y uno de los agentes de la Guardia Civil que participó en el rescate del cadáver y en su traslado hasta el Muelle de Levante.

Todos ellos han coincidido al afirmar que la procedencia del cuerpo, por el lugar en el que fue localizado, era la margen izquierda del río Tinto, donde se ubica el Estero del Rincón, lugar que el sumario del caso indica como donde Santiago del Valle habría abandonado a la niña.

Mañana, en la que será la tercera sesión del juicio, está previsto que declaren un total de 14 testigos, entre ellos siete agentes de la Policía Nacional.

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