Este artículo se publicó hace 15 años.
Los "tories" quieren evitar que la disputa sobre Europa domine su congreso
Los conservadores británicos empezaron hoy su reunión anual en Manchester decididos a evitar que su disputa sobre Europa domine el resto de los asuntos de su último congreso antes de los comicios generales, para los que parten como favoritos.
La ratificación del Tratado de Lisboa por parte de los irlandeses ha situado el espinoso asunto europeo en centro de los debates, si bien el líder "tory", David Cameron (primero de la oposición), se ha esforzado por no entrar en detalle sobre si habrá un referéndum si llega al poder en 2010, cuando se celebrarán las elecciones.
De ganar los comicios, Cameron quiere convocar una consulta si el tratado no es ratificado por todos los miembros de la Unión Europea (UE), pero se niega a decir qué hará si es aprobado por los 27.
El "número uno" de los conservadores británicos no quiere perjudicar las discusiones que continúan en la UE ya que dos países -la República Checa y Polonia- aún no han aprobado el texto europeo.
Pero el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, insistió hoy, en declaraciones a la BBC, en que los británicos deben tener voz sobre "partes vitales" del Tratado de Lisboa, incluso si el documento es ratificado antes de los comicios británicos.
"Creo que debe haber una consulta lo antes posible", especialmente si el ex primer ministro británico Tony Blair (laborista) es candidato a presidente de Europa, puesto contemplado en el tratado.
Pero los conservadores empezaron su congreso dispuestos a impedir que Europa controle el debate en los pasillos.
Quieren, en cambio, dar a conocer planes radicales para ayudar al país a salir de la recesión económica y reducir el desempleo, que supera los dos millones de parados, la cifra más alta en 14 años.
Cameron ha prometido ayudar a las personas que viven de subsidios estatales a volver al mercado laboral, un plan cuyo coste está estimado en 600 millones de libras (unos 660 millones de euros), que se financiará a través de acuerdos con empresas privadas, que prepararán a la gente para que pueda encontrar empleo.
Para ello, los 2,6 millones de personas que reciben ayudas porque tienen problemas de salud tendrán que superar unas pruebas que demuestren que no pueden trabajar.
El líder conservador ha admitido que se trata de elecciones "duras y difíciles", pero necesarias para poner fin a los abusos.
"El Laborismo es ahora el partido del desempleo. Yo quiero que el nuevo Partido Conservador sea la formación del empleo y la oportunidad y hay un plan grande, audaz y radical para que millones de personas vuelvan al trabajo", afirmó.
"Es la pieza central de nuestra conferencia porque reconocemos que la crisis del empleo es uno de los asuntos más serios que afrontamos en el país", resaltó Cameron.
"Algunas de estas personas -puntualizó- no pueden trabajar y deben ser ayudadas porque somos una sociedad solidaria y tenemos que cuidar a estas personas".
Para el portavoz de Escuelas del partido, Michael Gove, este programa forma parte de una "misión", la de "afrontar problemas estructurales, sociales, que han mantenido al 20 o 30 por ciento de nuestra gente en la pobreza porque no ha tenido oportunidades".
Al inaugurar el congreso, el presidente honorario de la formación, Eric Pickles, dijo que los conservadores quieren ganarse los votos porque "queremos un mandato para el cambio".
Pidió al partido unidad y resaltó que los "tories" no deben "desviarse o distraerse" de las cosas importantes.
Animó a los votantes laboristas decepcionados con el actual Gobierno a apoyar a los conservadores porque es un "partido progresista", al tiempo que animó a los sindicalistas -tradicionalmente laboristas- a votar también por los "tories" porque es la formación que está "dispuesta a que el Reino Unido vuelva a trabajar".
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