Este artículo se publicó hace 15 años.
Una tormenta de arena invade Sídney mientras avanza la sequía
Una gran nube de polvo barrió el este de Australia y cubrió Sídney el miércoles, entorpeciendo el transporte, obligando a la gente a quedarse en casa y levantando miles de toneladas de suelo fértil.
El polvo nubló por completo la ciudad de Broken Hill el martes, forzando el cierre de una mina de zinc, y se desplazó 1.167 kilómetros para envolver Sídney en una neblina roja el miércoles.
El miércoles a mediodía la tormenta, que llevaba aproximadamente unas cinco millones de toneladas de polvo, se había extendido hasta el estado tropical australiano de Queensland.
Las tormentas de arena en Australia son habituales, pero normalmente se quedan en el interior del país. De vez en cuando, en tiempos de sequía, las tormentas de arena llegan a las zonas costeras. Australia es el continente habitado más seco, sólo superado por la Antártida.
Australia se enfrenta a una de sus peores sequías y los meteorólogos dicen que el fenómeno "El Niño" se está formando en el Pacífico, lo que supone condiciones de mayor sequía para los estados del este.
El país es uno de los más vulnerables al cambio climático, pero también el que más gases de efecto invernadero per cápita emite puesto que depende de centrales de carbón para el mantenimiento de la electricidad en el país.
Los científicos no quieren relacionar directamente el cambio climático con los cambios de tiempo extremo como las tormentas o la sequía, alegando que éstos cambian según las condiciones atmosféricas, pero los grupos verdes unen ambos fenómenos y piden una reacción ante ello.
Los vuelos internacionales fueron desviados de Sídney, los ferries en Sydney Harbour fueron suspendidos y los conductores fueron avisados de la poca visibilidad en las carreteras.
Las autoridades sanitarias pidieron a la gente que se quedara en casa, advirtiendo de que la tormenta seguiría hasta el jueves. Más de 200 personas llamaron a los servicios de emergencia a causa de problemas respiratorios. El índice oficial de calidad del aire para Nueva Gales del Sur plasmó un nivel alto en torno a 4.164 en Sídney. Un nivel por encima de 200 ya es perjudicial.
"La población en riesgo son los niños, las personas mayores, las mujeres embarazadas, gente con problemas de corazón y respiratorios. Las partículas de polvo pueden incrementar el riesgo de que la gente en estas condiciones se ponga enferma", dijo Wayne Smith, del departamento de salud del estado de Nueva Gales del Sur.
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