Este artículo se publicó hace 15 años.
Torquemada rescata del olvido a 27 víctimas del franquismo
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia rinde un homenaje en el que se ha puesto cara y nombre a cada uno de los fusilados
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Palencia ha rescatado del olvido a 27 personas ejecutadas en Torquemada en octubre de 1936, con un homenaje en el que han participado familiares de las víctimas y se ha puesto cara y nombre a cada uno de los fusilados.
En la Plaza de España de Torquemada han resonado hoy los nombres de los 27 vecinos que fueron sacados de sus casas una tarde de octubre de 1936 y fusilados por "el delito de estar comprometidos con el pueblo", ha manifestado Araceli Calvo, coordinadora del homenaje.
Como portavoz de la Asociación, Araceli Calvo ha subrayado que "esto no es un acto de revancha, ni va contra nadie, solo es un homenaje a 27 personas de Torquemada que no hicieron nada malo y murieron solo porque les importaba lo que pasaba en su pueblo".
En la Plaza de España de Torquemada se han escuchado también las palabras del presidente de la ARMH de Palencia, Pablo García Colmenares, y el arqueólogo responsable de las excavaciones, Julio del Olmo, aunque los momentos más emotivos llegaron de la mano de los nietos y los biznietos de aquellos hombres fusilados.
Fueron ellos quienes trajeron al presente la memoria de Juan Calleja, de Antoliano Alonso o de Clementino Hilario Pascual, testimonios reales de una tragedia que conmocionó Torquemada y que dejó a muchas familias en el más absoluto desamparo y a más de 80 niños huérfanos.
Historias que como la de Teodoro Rodríguez Villa, aquel chico de 16 años cuyo único delito fue trabajar como repartidor del periódico La Libertad, y que recibió disparos en la espalda cuando echó a correr, o la de Leoncio Alonso, de 18 años, fusilado junto a su padre por pertenecer al Partido Comunista, forman parte ya de la memoria de Torquemada.
"No hicieron nada malo y murieron solo porque les importaba lo que pasaba en su pueblo"
Entre los asistentes, caras emocionadas, lágrimas, suspiros y algunas sillas vacías, las de aquellos que se murieron sin haber visto cumplido su deseo de enterrar a sus padres como se merecían.
Seis emotivos testimonios precedieron el camino hacia el cementerio municipal, donde, con las aportaciones de los familiares de las víctimas y con la venta del libro "72 años después vuelven a su pueblo", escrito por Javier Calvo, se ha podido levantar un monumento funerario.
En él se depositaron los restos de 25 personas -ya que las dos restantes fueron enterradas en el cementerio de Valdespina (Palencia)-, bajo los acordes de un cuarteto de música de cámara.
Después se leyó un poema, escrito para esta ocasión, y se soltaron 27 globos, uno por cada una de las víctimas.
Hoy esas 25 personas han vuelto a su pueblo, después de permanecer 72 años olvidadas en una fosa común, en la que se denominó "la tierra de los muertos", dentro del término municipal de Santoyo (Palencia), y que fue exhumada el pasado mes de octubre.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.