El cuarto premio vino discreto y con conciencia obrera. La administración de la Pastoreta de Reus, en Tarragona, vendió íntegramente las 195 series del 69.393. Desconocido y con tan poco glamour que nadie lo tenía abonado pese a guardar 39 millones. Una fortuna que repartió entre trabajadores de tres fábricas de la ciudad, pequeños comercios y particulares entre los cuales inmigrantes sudamericanos.

El premio va a parar a tres empresas de la localidad y varios comercios

La cara del décimo era múltiple. Dibujaba una expresión de sorpresa en las dependientas de la peluquería Rasgos, que repartió 200.000 euros y donde más de una empleada esbozaba sobre plano longitudes y latitudes de su viaje.

Y entre gente curtida entre maquinaria como Javier, traslucía alivio. Este asalariado de Industrias Virginias (una firma que se decidió a jugar 850 décimos) afirmaba ayer que 'la familia nos hemos llevado 40.000 euros libres de impuestos. Taparemos agujeros bien tapados'. Mientras calcula en voz alta el reparto entre padres, hermanos y amigos de primera hornada, Edurne y Olga llegan a la administración para cercionarse de que todo es verdad.

El otro cuarto, el 29.013, vendido en Valencia, Madrid y Barcelona

Trabajadoras de a pie de una fábrica de material textil, se han despertado agraciadas con 20.000 euros 'por la jeta, que la tenemos muy guapa... Esto es la felicidad y lo demás, placebos'. A su lado, Vanessa, vendedora de la administración, admitía sonriente que muchos compradores no se resistían a pasear el boleto por encima de su panza de embarazada de seis meses. Como la que tuvo hace dos años la misma administración, al repartir el segundo del Niño o la anciana que el lunes, media hora antes de cerrar, decidió tras unos eternos minutos de incertidumbre quedarse con un boleto medio roto del número premiado.

El otro cuarto, el 29.013, se vendió en Barcelona, Madrid y Valencia.