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Los que trabajen más tiempo podrán jubilarse a los 65 años

El ministro de Trabajo defiende que las carreras laborales de entre 36 y 40 años permitan el retiro antes de los 67años. Se mantendrá el esquema de cobrar menos pensión por jubilación anticipada

B. CARREÑO /M.J. GÜEMES

El muro de carga de la reforma de las pensiones que ultima el Gobierno no estará en la edad legal en la que un trabajador se pueda retirar, sino en el número de años mínimo a exigir para cobrar toda la prestación por jubilación. Tal y como adelantó Público el 15 septiembre, la fórmula que estudia el Ejecutivo pasa por alargar el periodo mínimo para cobrar el 100% de la prestación que actualmente está en 35 años.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, confirmó ayer este extremo, pero no dejó claro cuántos años más habrá que trabajar para tener derecho a la prestación completa, que podrían estar entre los 36 y los 40 años. El umbral se elevaría de forma gradual y está en línea con los periodos mínimos de cotización que se exigen en otros países.

Las profesiones 'penosas' estarán exentas de la nueva fórmula

En Francia, uno de los sistemas que la Seguridad Social ha tomado como ejemplo y lleva tiempo estudiando, se le exige al empleado que su vida laboral y la biológica sumen 104 años. Una vez conseguida esta suma, y siempre y cuando el jubilado tenga más de 62 años, el empleado puede retirarse con toda su prestación completa. Así, con 62 años de edad y 42 años de vida laboral, un francés se puede jubilar sin penalización.

Con todo, este mecanismo seguiría obligando al Gobierno a decretar un desplazamiento de la edad legal de jubilación para que los trabajadores pudieran cumplir, de forma efectiva, estos nuevos plazos. Con la actual edad en 65 años, un empresario no tiene obligación de permitir que un empleado desempeñe su trabajo por encima de esa edad, por lo que no sería posible completar los nuevos requisitos.

El cómputo subirá a 20 años, pero en una segunda fase podría llegar a 25

Con todo, y a la espera de saber los años exactos de contribución que se exigirán en la medida, esta afectaría principalmente a los cotizantes que han retrasado su entrada en el mercado laboral (también a los que han trabajado en negro) o que han interrumpido su trabajo voluntaria o forzosamente. La reforma tendría escaso impacto en los trabajadores que tienen en la actualidad por encima de los 45 o 50 años y que tienen largas carreras de cotización. En realidad, para cualquier cotizante que haya accedido a un trabajo antes de los 27 años, y que no haya pasado un periodo largo sin cotizar, este cambio no tendría apenas efecto sobre la edad de jubilación, aunque sí afectaría a un esquema de retiro anticipado. Cabe recordar que los parados también cotizan durante el tiempo que tienen derecho a la prestación por desempleo, pero no aquellos que, por ejemplo, pidan una excedencia.

A la espera de conocer la fórmula que el Gobierno propondrá en el proyecto de ley el 28 de enero, el Ejecutivo también ha adelantado que se contemplarán otras opciones en la inminente reforma, y que tendrá en cuenta determinadas profesiones, consideradas penosas, y que podrán adelantar su retiro sin penalizaciones. Para el resto, Gómez, que hizo declaraciones a la cadena Ser y luego a los medios al terminar una comparecencia en el Senado, aboga por establecer un sistema de penalizaciones como el que ya existe en la jubilación anticipada.

Esta fija como suelo para retirarse los 61 años (para los no mutualistas), además de cumplir algunos requisitos mínimos como tener 30 años cotizados. Sin embargo, la penalización por retirarse antes es muy elevada y lleva a que prácticamente sólo los mayores de 60 años que estén en el desempleo tomen esta decisión. Por cada año pendiente para cumplir los 65, y en función de los años trabajados, se puede ver recortada la pensión entre un 6% y un 7,5%, lo que implica una reducción que puede llegar hasta el 30% de la prestación. No está claro en qué punto empezarán estas penalizaciones para hacer la jubilación más 'flexible'.

En cuanto al cómputo a tomar para calcular la prestación actualmente en 15 años, Gómez dice que se ampliará a los 20 años pero no descarta que en una segunda fase suba a 25. Además, el ministro ve con buenos ojos la idea de tomar toda la vida laboral para el cálculo. Hoy se reúne de nuevo el Pacto de Toledo, con el objetivo de culminar su dictamen.

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