Este artículo se publicó hace 15 años.
Tres años de una ley seca
Deportistas y médicos reclaman mayor voluntad política para aplicar la legislación y la Agencia Española Antidopaje solicita colaboración ciudadana
Han pasado tres otoños y 17 positivos. Desde que el 21 de noviembre de 2006 el Parlamento aprobara la Ley Orgánica 7/2006 de Protección de la salud y de lucha contra el dopaje en el deporte, los deportistas españoles que han caído en las redes de los controles purgan su error con una sanción de dos años sin poder competir. Pero los inductores no pagan. Y la ley nació justamente para perseguirlos.
Javier Moracho, ex recordman nacional de los 110 metros vallas y actual comentarista de Eurosport, es muy claro. "La Ley de Dopaje no sirve para nada. Mientras en otros países los deportistas que dan positivo sí revelan quién les ha dopado, aquí no habla ni Dios". El ex campeón europeo denuncia la existencia de grupos del crimen organizado. "La mafia del dopaje sigue controlando los positivos porque es muy misterioso que aquí no cante nadie. Sólo caen deportistas, pero no el entorno y la normativa se hizo para eso. Antes, cuando la operación Puerto, se dijo que no podía haber sanciones graves porque la ley no estaba aprobada aún", concluye Moracho.
Otro atleta, Chema Martínez, también reclama resultados. "Lo que hablamos los deportistas entre nosotros es que es muy raro que no haya consecuencias para el entorno de los que se dopan. La nueva ley pretendía que los que estuvieran detrás del deportista lo pagaran".
El número uno del maratón español considera que su aplicación "es la gran asignatura pendiente de nuestro deporte. Y es necesario que se cumpla, porque es muy buena. Echo en falta que los políticos la apliquen de verdad. No han ido más allá. Y si lo están haciendo, no nos estamos enterando por los medios", denuncia el madrileño.
El ciclista Íñigo Cuesta, del equipo Cervélo, añade que "si se sabe a ciencia cierta quién está detrás de un positivo, debe pagarlo. Pero yo no conozco bien la ley", indica.
El artículo 361 bis del Código Penal prevé penas de prisión de seis meses a dos años, multas de 6 a 18 meses e inhabilitaciones especiales para empleo o cargo público de dos a cinco años para aquellos que "sin justificación terapéutica, prescriban, proporcionen, dispensen, suministren, administren, ofrezcan o faciliten (...) sustancias prohibidas".
¿Dónde nace el dopaje? "Desde luego, no se origina en los médicos de los equipos ciclistas. Un doctor que viva del ciclismo no va a arriesgar jamás su puesto de trabajo por eso", afirma el doctor Bastida, del equipo Xacobeo, que fue sustituido de forma kafkiana en la Vuelta por el colombiano Alberto Beltrán, hasta que este fue despedido tras su escándalo de dopaje en Portugal.
El doctor Bastida no comprende que no haya t aún resultados. "Si hay una ley se debe aplicar. Esto es como la nueva Ley de Tráfico, y esa sí que la aplicaron inmediatamente. Pues esto es igual: si hay una ley nueva tiene que ejecutarse. Y si no se aplica, parecerá una ley para el escaparate. ¿Dónde están los encargados de aplicarla? Mire en Portugal: aprobaron una en enero y no paran", sentencia Bastida.
Desde la Agencia Española Antidopaje, Javier Martín del Burgo explica los problemas. "No es fácil. Necesitamos más colaboración ciudadana. Aún así, en este momento tenemos cuatro operaciones policiales abiertas" señala.
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