Este artículo se publicó hace 15 años.
Tres millones de niñas africanas sufren mutilaciones genitales cada año
Tres millones de niñas africanas de entre 4 y 14 años sufren anualmente la mutilación de sus genitales y en países como Sudán, hasta un 69 por ciento de las mujeres fueron víctimas de esta práctica, denunciaron hoy organizaciones internacionales.
Durante una jornada de debates celebrada con motivo del Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina, una representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Heli Bathija, dijo que la escisión no sólo ocurre en África, sino que "es más común de lo que se pensaba en países de Asia y Oriente Medio".
"Tres millones de niñas africanas (Egipto, Sudán y África subsahariana) son sometidas a esta práctica cada año, un millón más de las que se creía", aseguró Bathija.
Por su parte, la portavoz de UNICEF en Ginebra, Veronique Taveau, concretó que "Mali, Guinea y Sierra Leona están entre los países más afectados por esta práctica, aunque haya leyes que la prohíben".
A pesar de la creencia generalizada, la mutilación genital femenina no está relacionada con ninguna religión, sino "con lo que los científicos llaman una convención social autoinculcada", aclaró la representante de la OMS.
Según explicó, las madres y otros miembros de la familia acuerdan la mutilación de las niñas porque "consideran que deben hacerlo para que crezcan adecuadamente y prepararlas para la edad adulta y el matrimonio".
Aunque son conscientes de que la escisión puede provocarles a sus hijas daños físicos y psicológicos, creen que no realizarla "traería peores consecuencias, que terminarían en vergüenza y exclusión social", dijo Bathija.
Por otro lado, "hoy sabemos que no hay relación causa-efecto entre las migraciones y el abandono de la mutilación genital femenina", lamentó la responsable de cuestiones de género en La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Sylvia López-Ekra.
De este modo, algunos inmigrantes procedentes de estos países y que ahora viven en Europa "someten en secreto a sus hijas a la escisión en su país de acogida o cuando regresan a su tierra durante las vacaciones de verano".
"A veces existe en el seno de las comunidades inmigrantes un mayor apoyo a la mutilación en un intento de preservar su identidad, que sienten en peligro debido a su desplazamiento", explicó la responsable de la OIM.
Entre 100 y 140 millones de mujeres sufrieron en todo el mundo esta práctica "que conlleva riesgos irreversibles para la salud, sobre todo reproductiva, y pone en peligro la vida de las chicas y de sus futuros hijos", según afirmó la Unión Interparlamentaria (IPU).
El secretario general de esta organización, Anders B. Johnsson, aseguró que "no existe ningún motivo por el que la práctica de la mutilación genital femenina no pueda ser exterminada en una generación" y añadió que "la clave es la perseverancia".
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