Este artículo se publicó hace 17 años.
El Tribunal del 11-M da a conocer hoy la sentencia en medio de una gran expectación
La Audiencia Nacional dará a conocer este miércoles, en medio de una gran expectación y fuertes medidas de seguridad, la sentencia del juicio por la matanza del 11 de marzo de 2004, que costó la vida a 191 personas y heridas a otras 1.841.
No ha trascendido ningún dato sobre la sentencia del atentado más sangriento de la Historia reciente de España, que será comunicada en una lectura pública en la sala especial que habilitó la Audiencia para la celebración del juicio entre febrero y julio de este año.
Estarán los 28 acusados y sus abogados, así como las víctimas y sus familias, en una lectura de una versión reducida de la sentencia -unos 20 folios con el fallo y el relato de los hechos- que correrá a cargo del presidente del tribunal, el juez Javier Gómez Bermúdez
El fin de semana, los 18 acusados que están en prisión provisional fueron trasladados a cuatro prisiones de Madrid desde las 11 cárceles en las que están presos, de manera que puedan estar presentes en la lectura, prevista para las 10.00 horas GMT.
La sentencia en su totalidad tiene más de 600 páginas, que se dividirán entre las 170 y 200 que ocuparán los antecedentes de hecho, las 70-80 de los hechos probados y las cerca de 200 que abarcarán los fundamentos jurídicos que cimentan el fallo.
Además, otros 200 folios se destinarán a los 1.841 heridos y lesionados en el 11-M, víctimas a las que, al igual que a los familiares de los fallecidos, está previsto hacerles entrega de la sentencia, en un acto del que no se conocen más detalles.
El juez Gómez Bermúdez ha conseguido hasta la fecha que no haya habido ninguna filtración sobre las deliberaciones de la sentencia, ni sobre el contenido de la misma, pero el hecho de que la acusación de los 28 veintiocho procesados se mantuviera hasta el final del juicio hace pensar en una resolución condenatoria para la mayoría.
Uno de estos acusados, el presunto ideólogo de los atentados, Rabei Osman El Sayed, "El Egipcio", conocerá la sentencia a través de videoconferencia, ya que después del juicio en Madrid regresó a Italia para terminar de cumplir la condena por pertenencia a organización terrorista que le fue impuesta en ese país.
La sentencia del miércoles debe dar respuesta a varios de los interrogantes surgidos durante los tres años de instrucción sumarial y los cuatro meses y medio que duró la vista del 11-M.
El texto arrojará luz sobre cuestiones como la razón detrás de la decisión de los terroristas de cometer la matanza en Madrid, la posibilidad de que la organización terrorista vasca ETA tuviera algo que ver, el tipo de explosivos usado, el manejo de las pruebas tras los atentados o los posibles fallos de las fuerzas de seguridad.
Según el juez Juan del Olmo, que instruyó el sumario, y la Fiscalía, los acusados visitaron una web islámica que animaba a los "muyahidines" a actuar contra España por su participación en la guerra de Irak y recomendaba aprovechar la proximidad de las elecciones que se celebraron tres días después, el 14 de marzo.
Sobre la implicación de ETA, cuya implicación no descartan algunos medios de comunicación y sectores conservadores, en la instrucción se afirmó que esta posibilidad tenía "nula consistencia", pero el tribunal admitió interrogar a tres etarras.
Se trató del ex dirigente Henri Parot y de los activistas Gorka Vidal e Izkur Badillo, detenidos días antes del 11-M cuando llevaban a Madrid una furgoneta cargada de explosivos, quienes negaron cualquier relación con grupos radicales islámicos.
Sólo el ex director general de la policía Agustín Díaz de Mera se refirió a un supuesto informe sobre los vínculos de ETA con la masacre, pero su negativa a revelar quién le había hablado de él llevó al tribunal a acusarle de desobediencia.
En cuanto a los explosivos, los ocho peritos encargados de elaborar el informe definitivo sobre qué sustancia explotó en los trenes concluyeron que los terroristas utilizaron dinamita, pero no se pusieron de acuerdo en la marca comercial.
Algunos peritos de parte apuntaron que lo que explotó parecía dinamita del tipo titadyne, utilizada habitualmente por ETA.
También la recogida, traslado y recuento de los efectos hallados en los escenarios del 11-M llevó a algunos abogados a poner en tela de juicio la llamada "cadena de custodia", que garantiza la validez de las pruebas para la celebración del juicio oral.
Algunas partes sugirieron que se adulteraron pruebas y que no hubo vigilancia policial sobre elementos determinantes en la investigación, como una mochila bomba que no llegó a explotar o los efectos hallados en un vehículo utilizado por los terroristas.
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