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Trichet insiste en que cualquier contribución privada a Grecia sea voluntaria

EFE

El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, criticó hoy "la estrechez de miras" con que se aborda el debate sobre la contribución del sector privado en el segundo rescate de Grecia e insistió hoy en que ésta debe ser voluntaria.

"Aconsejamos encarecidamente contra todos los conceptos que no sean puramente voluntarios o que tengan elementos de coacción. Hacemos un llamamiento para evitar cualquier incumplimiento crediticio, quiebra selectiva o quiebra", dijo Trichet en una audiencia ante la comisión de Economía del Parlamento Europeo.

La Unión Europea prepara actualmente el segundo rescate de Grecia junto al FMI, que podría ascender a unos 110.000 millones de euros, y que incorporará una contribución voluntaria de los bancos, aseguradoras y fondos de pensiones que sean acreedores del país.

El presidente del BCE dijo que "de vez en cuando" le "sorprende la estrechez de miras sobre la integración del sector privado que se utiliza generalmente en el presente debate", y aseguró que esta cuestión "es más importante" de lo que se piensa.

Trichet explicó que los mercados modernos son "más complicados que hace 20 años", en un contexto en el que se mezclan los inversores tradicionales a largo plazo y los que buscan la rentabilidad a corto plazo, más dados a la especulación.

"Si el discurso unilateral de algunos consiste en decir que se van a dañar a los inversores de largo y premiar a los de corto, es decir, perjudicar a los que han confiado (en Grecia) y recompensar a los que especulan contra (ella), estamos es un universo en el que no se tiene en cuenta la complejidad de los mercados modernos, dijo.

En contraposición, el presidente del BCE defendió que una manera alternativa de implicar al capital privado en la resolución de la crisis griega es mediante las privatizaciones, que "son una buena manera de movilizar capital privado".

A su juicio, "es una manera efectiva de movilizar capital privado", pues el programa griego de privatizaciones podría generar 50.000 millones (casi el 20% del PIB del país), con consecuencias positivas para la financiación del país, el crecimiento y el empleo.

Asimismo, consideró que lo que hay que lograr es que Grecia vuelva a financiarse cuanto antes en los mercados, volviendo a lograr financiación privada como el resto de países.

En ese sentido, recomendó a Grecia y también al resto de países de la zona euro que se han acogido a la ayuda de la Unión Europea y el FMI una aplicación decidida de estos programas para sanear su situación.

En ese sentido, en línea con los llamamientos efectuados recientemente por los líderes europeos a la oposición griega contraria a los ajustes, Trichet consideró "la unidad nacional y el consenso entre partidos son esenciales".

Trichet también criticó que haya "debates permanentes, perpetuos" y públicos sobre la solvencia de Grecia, lo que actúa en contra de la situación del país, por lo que pidió que una vez que se llegue a un acuerdo, Grecia y la comunidad internacional se atengan al mismo.

"Estamos hablando con demasiada ligereza de la quiebra en una economía avanzada por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial", recalcó.

Por otro lado, Trichet se refirió a la nueva reforma de la disciplina fiscal común, impulsada para evitar nuevas crisis de endeudamiento como la griega, y volvió a pedir sanciones más automáticas para los países con déficit y problemas económicos excesivos también en la parte preventiva del proceso.

Esta posición del BCE para endurecer la disciplina fiscal coincide con la del Parlamento Europeo y contradice la de los gobiernos europeos, que mantienen un desencuentro que ha bloqueado las negociaciones sobre esta legislación que estaba previsto que fuera aprobada antes del verano.

Por último, Trichet se mostró partidario de dar la "máxima flexibilidad" posible al fondo de rescate del euro, de manera que pueda adquirir bonos de países afectados por una crisis de la deuda, tanto en el mercado primario como en el secundario, a fin de amortiguar las fuertes subidas de intereses.

"Pedimos una gran flexibilidad. No estamos en contra de las intervenciones en el mercado primario. También estamos a favor de las intervenciones en el mercado secundario, que no fueron aprobadas por desgracia (por los gobiernos europeos)", dijo Trichet.

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