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Trueque solidario, sangre por sushi o dibujos curativos para la Noche en Blanco

EFE

Un trueque de ropa, cuyos excedentes viajarán al Sahara; una donación de sangre a cambio de "sushi", en lugar del habitual bocadillo; o la entrega de dibujos que curan el alma son algunas de las originales propuestas que presenta la programación de la cuarta edición de la Noche en Blanco en Madrid.

En el marco de las Noches en Blanco europeas, la capital española se une hoy a las celebraciones de París, Bruselas, Riga, Bucarest, La Valeta y Amsterdam, bajo el lema de "El regalo".

Entre las 196 propuestas, repartidas por diferentes escenarios de la capital desde la caída del sol hasta las luces del alba dominical -todas gratuitas-, algunas sobresalen por su originalidad.

En tiempos de crisis, la tienda "Adelita Madrid" propone un intercambio de ropa y complementos para recuperar el antiguo comercio del trueque y que aún hoy sobrevive en entornos solidarios.

Esta firma, que elabora sus prendas a partir del reciclaje y del 'collage', pide a quien se acerque hasta el antiguo Matadero de Madrid -reconvertido en espacio creativo municipal- que lleve esa ropa ya olvidada en el armario o que, por distintas razones, jamás fue estrenada y la intercambie por la que encuentre allí.

La idea final, según la convocatoria de la tienda, es que "todos se vayan con prendas nuevas y de forma totalmente gratuita". El sobrante se enviará a los campamentos de refugiados del Sahara a través de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Madrid.

En el Matadero, además de ropa, los madrileños también podrán donar su sangre. No, no se trata de una propuesta "gore", sino de otra alternativa solidaria más.

En ese espacio cultural, la artista Alicia Framis recrea, en su obra "Bloodsushibar", un centro de donación de sangre, por el que pueden pasar los madrileños, que recibirán, como recompensa, una barra de "sushi" en lugar del habitual bocadillo.

Otra forma de curación, en este caso más espiritual, llega por medio de las figuras que unos cien dibujantes, efectuarán sobre papel en varias plazas céntricas de la ciudad.

Un paseante anónimo se acerca a un artista y, a través de la empatía que a veces se genera entre desconocidos, le cuenta sus ansiedades, sus miedos e inquietudes, que el dibujante plasma en una hoja y le regala como "receta" para el alma.

También anímicos son los bálsamos en forma de palabras que llegan de Latinoamérica: los pocos poemas del uruguayo Juan Carlos Onetti serán leídos en una céntrica plaza como recuerdo al centenario de su nacimiento, mientras el chileno Luis Sepúlveda narrará una leyenda con imágenes proyectadas sobre la fachada de la Casa de América.

"Del Nuevo Mundo a la Luna" es el título de una actividad donde se dan la mano el primer mapa en el que se representa América, hecho por Juan de la Cosa en 1500, y la única piedra lunar que se conserva en España, regalada por Estados Unidos al pueblo español.

Percusión brasileña en el Ateneo y tangos en el Museo de América; una exposición de Rafael Vicente en la Casa do Brasil y la representación de "Autopsia de un crimen" por una compañía de chilenos residentes en España completan la oferta latinoamericana.

Entre ideas más convencionales, como cine, exposiciones de arte o recorridos por edificios emblemáticos, se cuelan otras como un camino plagado de hierbas aromáticas que lleva hasta un concierto con instrumentos antiguos en el jardín de un museo o la observación de fauna nocturna en uno de los barrios más antiguos de Madrid.

Globos con poemas lanzados al aire en la Plaza Mayor, observación del cielo mediante telescopios mientras se escucha jazz en el tejado del Senado (Cámara alta del Parlamento español) o una "batalla de gallos" (lucha de rimas de hip hop entre seguidores de MCs) en la Plaza de España son otras citas llamativas para pasar una Noche en Blanco.

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