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Twitter El tuitero de 89 años que en sólo cuatro meses ha triunfado en las redes

Un hombre de 89 años, Manuel Arias Muñoz (@grancocolio), que empezó en Twitter el 24 de febrero, suma más de 10.000 seguidores. "Pablo Iglesias le empezó a seguir y le hizo famoso", explica su hijo Manuel Jesús (@manueljarias)

La foto de perfil que utiliza Manuel Arias Muñoz en Twitter.

alfredo varona

El padre es Manuel Arias Muñoz. El próximo 16 de enero de 2018 cumplirá 90 años y el pasado 24 de febrero apareció en Twitter por primera vez. Toda esta avalancha de fechas es para contar que ese día su hijo Manuel Jesús terminó de enseñarle cómo funcionaba esta red social y que cuatro meses después el hombre de 89 años, que ha sido definido como "el abuelo de Podemos", ya tiene más de 10.000 seguidores. Una verdadera ametralladora en esta red social, incapaz de dejar indiferente a nadie, "y eso que los textos se me hacen cortos".

Esa es otra de las señas de identidad de este hombre, que fue ferroviario de Renfe durante más de 40 años y que hoy cada día que sale de casa siempre va "acompañado por las llaves y el móvil". Y en cualquier parte, sea después de dar un paseo o de salir a la piscina, puede empezar a tuitear, lo que para él es como una segunda juventud. "Antes me dedicaba, sobre todo, a ver la televisión, series, películas… Los días se me hacían más largos. Sin embargo, ahora pasan volando".

Hoy, en realidad, Manuel Arias Muñoz es casi una personalidad en Twitter. "De repente, un día le siguió Pablo Iglesias y a partir de ahí le hicieron famoso", explica su hijo Manuel Jesús, de 49 años, funcionario en la Consejería de Educación en Toledo que, en su época, también trabajó en la Secretaría de José Bono.

"Somos una familia de izquierdas de toda la vida", añade Manuel Jesús que, entre sus recuerdos de la infancia, jamás se olvidará "de la victoria de Felipe González en las elecciones de 1982". Su padre era entonces un fanático del felipismo "hasta el día que me decepcionó" asevera él mismo. "Se tiró de cabeza al barranco y no era lo que uno esperaba de él". Por eso hoy toda su vocación política, como la de su hijo, que también es muy activo en Twitter, con más de 35.000 seguidores, se afilia en torno a Podemos, a Pablo Iglesias, a Irene Montero o Iñigo Errejon. "No sólo se trata de que me caiga bien", insiste el padre de 89 años, "sino que también me parece un tipo inteligente, que sabe cómo llevarlo y que no tengo necesidad de comparar con nadie".

De hecho, está en su forma de pensar. "Seguro que Podemos", se define en Twitter. Este hombre de 89 años, que toma Sintrom, reconoce que sólo anda por ahí "aprendiendo a dar guerra" con un respeto casi teatral por el lenguaje. "Siempre que abro el ordenador tengo a mano un diccionario para no meter la pata con ninguna palabra". Quizá porque ya no es como cuando era joven, en los tiempos de maquinista. "Entonces no se me olvidaba nada, pero ahora los años pesan mucho, y eso que yo cuido de mi cabeza y no dejo de entrenarla. No hay día en el que no lea y cada vez que termino un libro mi nuera me mete uno nuevo en la tablet. Ahora, estoy con No soy un monstruo de Carme Chaparro".

Padre e hijo: Manuel Jesús con su padre Manuel.

Padre e hijo: Manuel Jesús con su padre Manuel.

El padre vive con el hijo y su mujer en Toledo. "Yo estaba en Ciudad Real, sólo en casa desde que murió mi mujer hace 14 años, y él me dijo que me viniese para aquí y desde entonces".

Twitter sólo es el soporte para contar la historia de estos dos hombres, padre e hijos, que en 140 caracteres son capaces de alcanzar un millón de RT, y no es que naciesen para esto, pero tal vez no sean ellos, sino los valores de la izquierda, parte imprescindible de su genética. "Somos muy activos y sacamos toda la sinceridad que llevamos dentro", explica el hijo, que estudió Magisterio, que a los 16 años tuvo un cáncer de huesos del que está recuperado (—me quitaron un trozo de costilla"— y que en 1992 aprobó esa oposición a la Consejería de Educación. "Mi idea era opositar a maestro, pero entonces esas oposiciones estaban congeladas, no salían plazas".

"Yo cuido de mi cabeza y no dejo de entrenarla. No hay día en el que no lea"

Hoy, Manuel es el hijo de un hombre que demuestra que nunca es tarde para llegar a las redes sociales. "Me levanto a las ocho u ocho y media de la mañana y una de las primeras cosas que hago es mirar el móvil. No es obsesión, sino diversión". Un derecho, en realidad, que cruza fronteras en esta conversación bajo una banda sonora, la de Podemos, que explica el precio de una vocación. Al menos, la de ellos dos por la política, padre e hijo, en la que no se cansan de buscar un mundo mejor totalmente alejados de la derecha.

"No creo que no haya aportado otra cosa a las redes sociales que no sea mi punto de vista", señala el padre, ejemplo de felicidad íntegra, incluso ahora por más alta que sea la temperatura en Toledo. "Me gusta el calor. Me da vida bastante más que el invierno, donde uno va demasiado cargado de ropa". De ahí que mañana, que volverá a hacer mucho calor, uno ya no se atreve a imaginar cuál será su próxima aportación en Twitter. Ni siquiera su hijo, el hombre que mejor le conoce.

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