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La UE avisa a Lisboa de que seguirá exigiendo austeridad

Los líderes europeos dejan fuera de la agenda de la cumbre el refuerzo del actual fondo de rescate

DANIEL BASTEIRO

El derrumbe del Gobierno de Portugal disgustó a los líderes de la Unión Europea, en modo alguno preparados para un nuevo rescate que llevaban meses trabajando para evitar. El primer ministro, José Sócrates, evitó solicitar un rescate a sus socios y se limitió a pedirles 'que confíen en Portugal', que 'cumplirá' sus objetivos de déficit, según fuentes diplomáticas. Sin embargo, en la cumbre que aprobará nuevos ajustes con la ratificación del Pacto por el Euro y el endurecimiento del Pacto de Estabilidad, las cábalas sobre el volumen y el calendario del rescate fueron constantes. El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, consideró 'apropiada' la cifra de 75.000 millones de euros que se maneja en círculos comunitarios desde hace semanas.

Los líderes de la UE no estaban ayer preparados para acudir al socorro de Portugal. Ninguno, salvo Sócrates, esperaba que la oposición en pleno echase por tierra un recorte extra del déficit que ya había sido respaldado por la última cumbre, además de por la Comisión Europea y el BCE. La rebelión de la clase política portuguesa contra su Gobierno y también contra la austeridad impuesta desde Bruselas motivó que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, evitase hacer comentarios a los medios pero se desahogase a puerta cerrada. 'Europa no va a cambiar las condiciones', recordó, en un claro mensaje destinado a la oposición lusa. 'Los planes están para cumplirlos', advirtió, según fuentes cercanas a la reunión. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró por su parte que 'España está al lado de Portugal' y ofreció 'apoyo' al país en lo que pida.

Pero Portugal no pidió anoche el rescate, que sin duda incluiría a cambio recortes mucho más duros que los rechazados el miércoles. Hasta el 11 de abril no tiene que efectuar un gran pago a los inversores que le prestaron dinero (3.200 millones; en junio tiene que amortizar 5.150 millones), lo que da cierto oxígeno al presidente de la República, Anibal Cavaco Silva, para reorganizar a las fuerzas políticas en torno a un posible pacto de Estado. 'Vengo a defender a Portugal, a la moneda única y a la UE', aseguró, tajante, Sócrates a su entrada al cónclave.

En palabras de un secretario de Estado del Gobierno en funciones, el plan de austeridad de Sócrates 'es como un boomerang, pueden desterrarlo lejos, pero siempre volverá'. 'Si no aprobaron nuestras medidas, ¿cómo van a justificar su apoyo a un durísimo plan del FMI?', reflexionó un diplomático portugués en referencia a la oposición.

La canciller Angela Merkel, con menos dramatismo que Sarkozy, advirtió de que Lisboa no tiene opción. 'Portugal ha presentado un programa [de austeridad] muy ambicioso para 2011, 2012 y 2013, era el adecuado', aseguró. 'Lamento mucho que no hubiese mayoría en el Parlamento', añadió. Según ella, 'es muy, muy importante que todos los que hablan en nombre de Portugal se adhieran a los objetivos del programa', advirtió.

A cambio de la austeridad que la UE y los mercados seguirán imponiendo a Portugal, los líderes del euro están dispuestos a poner en marcha su tercer rescate en menos de un año, tras los de Grecia e Irlanda. De hecho, no podrían no hacerlo, ya que las preguntas sobre el siguiente país víctima de un posible contagio de las dudas ya han comenzado. España, altamente expuesto a la deuda portuguesa, podría sufrir las consecuencias de la ausencia de acción rápida. 'No veo a España en una situación comparable a la de Portugal', aseguró Juncker ayer, que considera 'absurdo que los mercados apunten a España si Portugal pide el rescate'.

La UE está preparada para auxiliar a Portugal. Pero sólo a Portugal. El fondo actual de apoyo al euro, que tendría que haber sido reforzado en esta cumbre, está dotado con 440.000 millones, pero su capacidad de préstamo efectivo es de aproximadamente 250.000. El lunes, una nueva reunión de ministros del euro para ampliar las garantías que lo sustentan terminó sin acuerdo. Las negociaciones se han visto paralizadas por las elecciones en Finlandia, que supeditan cualquier aportación al fondo del país, imprescindible al gozar del sobresaliente de las agencias de calificación de riesgos. Además, una vez que los países del euro cierren un acuerdo sobre el fondo actual, los parlamentos nacionales deberán convalidar esas aportaciones, un proceso que no se espera que esté listo hasta junio.

El fondo actual no centró gran parte del tiempo de los líderes, que no desaprovecharon la ocasión para seguir discutiendo el sucesor del mecanismo a partir de 2013. A partir de entonces, un fondo permanente acabará con los debates comprometiendo 700.000 millones de euros que garantizarán una capacidad de préstamo de 500.000. Sin embargo, para gozar del favor de las agencias de calificación de riesgos, los países incluirán aportaciones de capital que complementarán las garantías.

Con dinero en metálico a partir de 2013, la zona euro espera neutralizar toda duda de los mercados sobre la defensa de la moneda única. Antes de dar carpetazo a este fondo, Merkel pidió revisar los plazos para ingresar los 22.000 millones de euros en efectivo que le tocará comprometer a Alemania. Estos flecos, unidos a los del fondo actual, serán cerrados en los próximos tres meses, según fuentes comunitarias.

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