Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) están dispuestos a debatir una tasa similar a la que el presidente estadounidense, Barak Obama, ha establecido para los bancos estadounidenses. El gravamen, que en el caso de EEUU pretende que las grandes entidades financieras reembolsen las ayudas públicas recibidas, serviría en Europa para crear un 'fondo de estabilidad', según anunció en Bruselas la vicepresidenta económica, Elena Salgado, al término de la reunión del Consejo de Ministros de Finanzas (Ecofin), el primero de la presidencia española de la UE.

El objetivo es crear 'una previsión para el futuro, no sólo una solución para los problemas que ya hemos tenido', aseguró Salgado en referencia a la propuesta, apadrinada por Suecia. En ese sentido, el fondo europeo podría ir más allá de un impuesto a la banca para que pague los platos rotos por los excesos de las finanzas. El carácter preventivo de la tasa serviría también para evitar que, en caso de quiebra de un banco, los ahorradores pierdan sus depósitos.

'Tenemos que hacer que los bancos paguen por el impacto de los rescates en nuestras finanzas públicas', aseguró Anders Borg, el ministro sueco, que llevó la propuesta a la mesa del Ecofin. Salgado se comprometió a incentivar el debate durante el semestre del mandato español; sería uno de los puntos de la agenda de los ministros en su reunión de Madrid, en abril.

Sin embargo, el comisario de Fiscalidad, Laszlo Kovacs, alertó de la dificultad de su aprobación. 'Es políticamente posible, pero el problema es la unanimidad', aseguró.

Cualquier decisión europea en materia de fiscalidad necesita el sí unánime de los Veintisiete, una regla que ya está impidiendo que avancen muchos de los asuntos sobre impuestos que ya tiene el Ecofin sobre la mesa. Con estos antecedentes, el comisario llegó a declarar que 'no apostaría mucho dinero a la introducción de esta tasa'. Eso sí, en favor de la propuesta sueca puede jugar el hecho de que 'introducir tasas sobre los bancos es más popular que introducir tasas sobre los ciudadanos', según admitió Kovacs.