Este artículo se publicó hace 13 años.
La UE se plantea retirar el derecho de voto a los países indisciplinados
La Unión Europea se plantea retirar el voto a los países que no cumplan con los objetivos de déficit y deuda, así como intervenir directamente en los gobiernos de los socios con problemas dando capacidades a las autoridades comunitarias para enmendar los presupuestos nacionales.
Así lo ha dejado claro el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en un debate en la Eurocámara en el que también han participado los presidentes de la Comisión Europea (CE) y del Eurogrupo, José Manuel Durao Barroso y Jean-Claude Juncker.
"Habrá que analizar si debemos crear casos extremos para más sanciones, tales como la suspensión de los derechos de voto, la suspensión de fondos estructurales o de otros pagos, u otorgar poderes a una autoridad central para intervenir en los procedimientos presupuestarios nacionales", ha afirmado Van Rompuy.
El presidente del Consejo ha planteado "la posibilidad de avanzar hacia una mutualización limitada de la deuda pública" a fin de reforzar la unión económica en los países de la moneda única.
También ha dicho que se estudia "la armonización de algunos impuestos" y de algunas políticas sociales.
Estas propuestas forman parte de una hoja de ruta a discutir en la próxima cumbre comunitaria del 9 de diciembre que busca mejorar la gobernanza económica y en la que también se tratará la posibilidad de acometer "cambios limitados" en el Tratado de Lisboa.
Unas modificaciones que se entregarán a los Estados miembros en forma de informe final en los meses de marzo o abril, ha señalado Van Rompuy.
Barroso anunció que la CE, para seguir profundizando en la gobernanza económica de la UE, aprobará el próximo día 23 otras dos iniciativas que irán dirigidas a aumentar la vigilancia, en especial de los Estados miembros "que pongan en peligro la estabilidad de todos".
La primera medida propondrá aumentar el seguimiento de los países del euro con graves desequilibrios o que hayan solicitado ayuda financiera en el marco de un programa de ajuste.
La segunda, en respuesta a la cumbre del pasado 26 de octubre, se centrará en vigilar más a los Estados del euro que se encuentren en un procedimiento de déficit excesivo, indicó Barroso.
Esta norma propondrá pasos graduales y condiciones para controlar las políticas presupuestarias nacionales y debería permitir a la CE y al Consejo examinar los borradores de los presupuestos y emitir una opinión sobre ellos antes de que sean adoptados en los parlamentos de cada país, "requiriendo una segunda lectura en los casos graves".
Además, la CE podría controlar la ejecución de los presupuestos y sugerir enmiendas a lo largo del año si lo considera necesario.
En cualquier caso, Barroso y Van Rompuy garantizaron que los parlamentos de cada país tendrán la última palabra sobre los presupuestos nacionales, si bien el presidente de la CE advirtió de que deberán "tener mucho más en cuenta las normas europeas".
La mayoría de la Eurocámara ha criticado la lentitud de la toma de decisión en Europa, un ritmo que supone un problema frente a la inmediatez de los mercados.
El propio Barroso ha señalado que la UE "se ha visto rezagada por el enfoque intergubernamental en muchas decisiones, por primar al más lento y no al más decidido y comprometido".
Van Rompuy ha señalado que se ha "exagerado" el debate sobre la creación de una Europa a dos velocidades y abogó por "desdramatizarlo", porque le interesa a toda la UE tener una zona euro mejor estructurada.
"Después de todo, es perfectamente normal que quienes comparten una moneda común tomen decisiones en común", ha afirmado.
Van Rompuy ha recordado que el Tratado de Lisboa permite este tipo de coordinación entre los 17 países de la zona del euro al incluir un capítulo con provisiones para los Estados miembros con el euro y otros artículos sobre los que solamente los miembros del euro pueden votar.
Juncker, por su parte, ha abogado porque su sustituto a partir del año que viene tenga un carácter permanente, y ha considerado que las decisiones del Eurogrupo deberían ser "más políticas".
"No creo que si queremos tener un verdadero gobierno económico europeo los únicos en estar presentes deban ser los ministros de Economía y Hacienda" de los países del euro, ha señalado.
Sobre la esperada propuesta de los eurobonos, Barroso ha destacado que serán la consecuencia "natural" cuando los países del euro hayan logrado su objetivo de incrementar su gobernanza, disciplina y convergencia económica.
Un Libro Verde sobre los eurobonos se incluirá en el conjunto de medidas que va a presentar la CE antes de finales de año para atajar la crisis financiera y de la deuda en la UE.
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