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Los últimos resistentes de la embajada brasileña

Sólo 18 personas aguantan junto a Zelaya, después de dos nuevos abandonos

D. LOZANO

Yo voy a estar aquí hasta el final'. Hilda Cruz tiene 21 años. Ella y Xiomara Castro de Zelaya son las únicas mujeres que resisten dentro de la Embajada de Brasil. 'Es un tanto complicado convivir entre tantos hombres. Me dan mucha guerra', bromea Cruz, que forma parte del equipo de seguridad. Ya han transcurrido 74 días desde el regreso de Zelaya al país. Y de las 80 personas que allí se refugiaron, sólo quedan 18 con el presidente. Son los últimos de la embajada. Los resistentes de la Resistencia.

El incesante goteo continuó este jueves. Carlos Guerrero, camarógrafo peruano de AP, y un miembro de la Resistencia dieron por acabada su aventura 48 horas después de que Carlos Eduardo Reina, principal asesor de Zelaya, sorprendiera al país maleta en mano. No van a ser los últimos.

'Me quedan pocas horas. Para mí, la lucha terminó', cuenta Luis Galdámez, el periodista de Radio Globo que ha fungido de cordón umbilical entre Zelaya y sus seguidores. 'Yo siento que mi papel se cumplió y toca volver a la radio. Y me voy amenazado de muerte. Amnistía Internacional conoce mi caso'.

Junto a Galdámez, otras dos personas meditan su salida inmediata. Se trata de José Navas, que transmite los comunicados del presidente, a punto de tener un niño, y de otro miembro de la Resistencia. Así sólo quedaría un periodista: Andrés Conceris, de Democracy Now.

 'Para mí, la lucha terminó. Toca volver a la radio', dice Galdámez

Dos guardaespaldas protegen al presidente y el resto se reparten mantenimiento, aseo y vigilancia. 'Incluso tenemos un jardinero que ha arreglado los jardines, estaban abandonados', añade Galdámez. La mayoría ha denunciado a los militares y al Gobierno de Micheletti por el bombardeo de gases y las torturas psicológicas. 'Anoche, después de la votación del Congreso, volvieron a castigarnos con sonidos estridentes hasta las dos', denuncia Galdámez.

El núcleo duro de Zelaya es cada vez más delgado. Su principal bastión es Rassel Tomé, que ejerce de portavoz ante los medios. Este abogado, antiguo gerente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, ha unido su destino al de Zelaya. Será el penúltimo en atravesar el portón. Allí le estarán esperando los militares. Tomé está acusado de adjudicar irregularmente la frecuencia de un canal de televisión. Él se defiende: 'Son motivos políticos'.

La peor pérdida para los resistentes fue la salida del padre Tamayo

Y con ellos, la otra mujer de la embajada: Xiomara Castro. La salida del padre Tamayo, su principal sostén, supuso un fuerte golpe para Xiomara, que sigue apoyando a su marido pese a sus conocidas diferencias conyugales.

La deportación de Tamayo descubre uno de los rostros más feos de esta crisis. Tamayo, salvadoreño de origen, permaneció en Honduras durante 27 años. Con su lucha por el medio ambiente en Olancho y por los pobres se ganó el odio de algún poderoso y el respeto del pueblo. De nada le sirvió. Se le retiró la nacionalidad y fue expulsado por unos funcionarios que claman constantemente su amor a Honduras. De tanto repetirlo, igual alguien se lo acaba creyendo.

 

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