Ultraconservadores iraníes atacaron al líder de la oposición, Mirhosein Musavi y las fuerzas de seguridad se enfrentaron con sus partidarios durante una manifestación anual antiisraelí el viernes en Teherán.

La agencia estatal de noticias IRNA dijo que Musavi y el clérigo reformista Mehdi Karubi, ambos candidatos derrotados en las controvertidas elecciones en junio, se vieron obligados a abandonar la manifestación tras ser atacados por "personas encolerizadas".

El ex presidente reformista Mohamed Jatamí participó en el acto, pero también fue atacado por ultraconservadores y tuvo que marcharse después de que su túnica fuera rasgada y su turbante cayera al suelo, dijo a Reuters un aliado de Jatamí que le acompañaba.

Miles de partidarios de Musavi estaban entre la multitud que se manifestaban en el "Día Qods (Jerusalén)" que se celebra a nivel nacional el último viernes del mes de ayuno del Ramadán.

Las autoridades iraníes, entre ellas el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, habían advertido a la oposición de no convertir las manifestaciones antiisraelíes en protestas callejeras contra la élite clerical.

Algunos testigos dijeron que los enfrentamientos surgieron entre la policía y los partidarios de Musavi durante protestas en el centro y norte de Teherán y la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

Agregaron que algunos fueron detenidos y golpeados.

"Las fuerzas de seguridad arrestaron a unas 10 personas", dijo el testigo. "Están empujando a los manifestantes y golpeándoles".

"Partidarios de Ahmadineyad están golpeando a partidarios de Musavi cerca de la calle Vali-ye Asr (en el centro de Teherán). Al menos dos manifestantes resultaron heridos", dijo el testigo.

MUÑEQUERAS VERDES

Algunos residentes dijeron que muchos conductores, llevando muñequeras verdes, hicieron el signo de la victoria con la mano mientras conducían por la ciudad, sobre todo en autovías.

Las webs reformistas dijeron que una serie de manifestantes fueron detenidos en la ciudad noroccidental de Tabriz y en Isfahan, en el centro del país.

Las controvertidas elecciones presidenciales iraníes, tras las que se produjeron enormes protestas de la oposición, sumieron a Irán en su peor crisis política en tres décadas y revelaron las profundas divisiones en el seno de las élites gobernantes.

Los líderes opositores dicen que la votación fue amañada para asegurar la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad. Las autoridades niegan esta acusación.

Los grupos de derechos dicen que miles de personas, entre ellas importantes figuras prorreformistas, fueron detenidas tras las elecciones aunque la mayoría han sido puestos en libertad desde entonces. La oposición dice que más de 70 personas murieron durante las protestas tras la votación. Contradice la cifra oficial de 36 fallecidos.