Este artículo se publicó hace 15 años.
La Unión Africana centra su sesión de clausura en la crisis económica mundial
Los debates de la duodécima Sesión Ordinaria de la Asamblea de la Unión Africana (UA), se concentraron hoy en el efecto de la crisis económica mundial en el continente africano, muchos de cuyos países dependen de la asistencia financiera y ayuda humanitaria de los países ricos.
La Cumbre, que ha reunido en la capital etíope a los jefes de Estado y de Gobierno y a representantes de los 53 países que componen la UA, se ha desarrollado bajo el lema "Desarrollo de la Infraestructura en África, con énfasis en el transporte, energía e inversiones".
No obstante, los líderes africanos fueron advertidos de manera inequívoca acerca de que el continente podría sufrir los efectos directos de la crisis financiera y de la crisis económica mundial.
El Banco Africano de Desarrollo (ADB), uno de los conductos de la asistencia mundial al África, puntualizó que muchos proyectos de desarrollo perderán su financiación debido a las restricciones crediticias actuales, cuyo efecto negativo se vería acrecentado por una reducción en la demanda de los recursos básicos africanos por parte de los países industrializados afectados por la recesión.
"Estamos muy preocupados por el número de proyectos de infraestructura que están siendo cancelados", dijo en rueda de prensa durante la Cumbre el presidente del ADB, Donald Kaberuka, quien expresó, asimismo, la voluntad de la institución para contribuir a que esos proyectos sean terminados.
Kaberuka añadió que el ADB está estudiando la manera de triplicar sus créditos para proyectos de desarrollo en África.
Por su parte, el Banco Mundial confirmó la tendencia negativa en el crecimiento económico del África, que en 2007 fue del 6,8 por ciento y en 2008 disminuyó a 5,4 por ciento. El Banco estima que el crecimiento económico africano seguirá en descenso este año y se ubicará alrededor del 4,4 por ciento.
Pese a que el lema de la Cumbre era desarrollista, los asuntos políticos, en especial los conflictos larvados del continente, dominaron las sesiones en detrimento del mayor desafío que siguen afrontando sus países: la pobreza y el hambre.
Tal como puntualizó el presidente de turno saliente de la UA, el tanzano Jakaya Kikwete, 34 de los 50 países más pobres del mundo se encuentran en África, donde están también 21 de los 36 países cuyas poblaciones afrontan hambrunas.
Kikwete, quien ha sido sucedido en el cargo por el libio Muamar Gadafi, admitió que los gobierno africanos no han prestado suficiente atención a la reducción de la pobreza y se han concentrado en la resolución de los conflictos.
El presidente saliente de la UA mencionó como éxitos la resolución de sendos conflictos en Kenia y las islas Comoras.
En Kenia, un potencial conflicto civil tras las controvertidas elecciones de 2007 fue evitado cuando a instancias de la organización continental y de la ONU las facciones rivales encabezadas por el presidente Mwai Kibaki y el primer ministro Raila Odinga aceptaron negociar y acordaron formar un gobierno de unidad nacional.
En las Comoras, la UA intervino con tropas de Libia, Sudán y Tanzania para poner fin a un intento de secesión de la isla de Anjouan y restauró la unidad nacional del archipiélago, recalcó Kikwete.
La administración de Gadafi al frente de la UA heredará, no obstante, conflictos aun sin resolver en la República Democrática del Congo, Sudán y Uganda, como así también los efectos negativos para la imagen continental que han dejado los golpes de estado del año pasado en Mauritania y Guinea, gobernados actualmente por regímenes militares.
Los gobernantes africanos manifestaron su satisfacción por el acuerdo entre el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y la oposición, liderada por Morgan Tsvangirai, para formar un Gobierno de unidad nacional la próxima semana y pidieron un inmediato levantamiento de las sanciones internacionales al régimen de Harare.
Aunque EEUU y el Reino Unido han moderado sus críticas a Mugabe, ambos países se mantienen a la espectativa y el ministro británico para África, Mark Malloch Brown, dijo hoy que "hay que mantener la presión" sobre el régimen hasta ver "un verdadero avance y resultados del nuevo Gobierno".
En su alocución ante el plenario de la Asamblea, Mugabe culpó nuevamente a Occidente por el colapso económico de Zimbabue, donde un 94 por ciento de su población activa se encuentra desempleada y más de la mitad de sus aproximadamente 12 millones de habitantes necesita de la ayuda internacional para cubrir sus necesidades alimentarias.
Sin embargo, los opositores a Mugabe mantuvieron la presión sobre los líderes africanos en Addis Abeba para que exijan a su régimen el fin de la represión y respeto a los derechos humanos y civiles, mientras más de 25.000 personas ayunan un día a la semana en 179 países en apoyo de la campaña "Salvemos Zimbabue ahora".
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