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Urkullu pide a la Iglesia que le excomulge

El presidente del PNV, que aprueba la Ley del Aborto, exige a la Conferencia Episcopal que 'deje en paz' a los miembros de su partido

G. MALAINA / J. BASTANTE

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, pidió ayer a la Iglesia que en el caso de excomulgar a quienes apoyen la reforma de la Ley del Aborto, exima a los diputados y senadores nacionalistas y le excomulgue a él mismo. 'Que deje a los demás en paz', afirmó.

Urkullu hizo esta declaración al hilo de la polémica suscitada por la última advertencia lanzada por el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, en el sentido de castigar con la excomunión a los representantes políticos que voten a favor de la Ley del Aborto.

El político vasco duda de que Camino hable por todos los católicos

El líder del PNV dudó de si la Iglesia en su conjunto se siente representada por las palabras de Martínez Camino. 'No sé si habla en nombre de todos los obispos, cardenales, sacerdotes, religiosos de la Iglesia católica', señaló. En cualquier caso, Urkullu aseguró que los diputados y senadores del PNV defenderán las decisiones adoptadas en el seno de la Ejecutiva del partido nacionalista. 'Si [la Iglesia] tiene que excomulgar a alguien, que sea a su presidente', remachó.

Urkullu recordó además que la regulación del aborto se aprobó hace ya 24 años y que lo que ahora está encima de la mesa es una reforma. Por ello, se preguntó a modo de crítica: '¿Cómo seguimos en el debate sobre lo que fue el debate hace 24 años?'.

El presidente del PNV insistió en que su partido sólo pretende con las enmiendas planteadas subsanar las carencias de la vieja regulación de acuerdo con la realidad actual. 'Sería bueno que la Iglesia Católica también hiciera una lectura de si estamos en el año 1545 en el Concilio deTrento o después del Concilio Vaticano II, o en qué tiempo estamos', agregó.

'¿Cómo seguimos en un debate que ya tuvimos hace 24 años?'

Otro político que se sumó a la petición de excomunión fue el diputado socialista Rafael Simancas, que criticó ayer la 'presión burda' de la Iglesia.

Entretanto, la polémica ha sido silenciada en el interior de la Conferencia Episcopal. Varios prelados consultados por este periódico continuaron lamentando, en privado, el 'estilo' de Martínez Camino, así como 'expresiones que son difíciles de aceptar por la gente de hoy', tales como excomunión, herejía o pecado mortal.

En público, los pocos prelados que hablaron lo hicieron para avalar al portavoz episcopal. El más evidente en su defensa fue el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, quien en el transcurso de una rueda de prensa incidió en que los políticos católicos 'tienen unos deberes que cumplir', en referencia a la reforma de la Ley del Aborto. Para Rodríguez, 'el político que se dice católico tendrá que hacer undiscernimiento, que discutir con su partido, pero si dice que es católico tendrá unos deberes que cumplir'.

'A nadie se obliga a ser católico', continuó en su argumentación el Arzobispo de Toledo, y agregó: 'La Iglesia no ha cambiado su doctrina al considerar la interrupción del embarazo un pecado y un delito moral'. Braulio Rodríguez justificó su postura en que la Iglesia no dice nada que salga de su competencia y recordó que la jerarquía eclesiástica siempre ha tenido una postura clara ante el aborto. 'Si se declaran políticos católicos, tendrá que importarles lo que dice la Iglesia. Si para ellos es más importante la disciplinade partido, eso es otro problema', señaló.

Por su parte, el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, recalcó que quienes no entiendan las palabras de Camino 'es que no entienden qué es la Iglesia'. Durante la presentación de la campaña de la Iglesia Diocesana, el obispo recordó que 'cada realidad (Iglesia católica) tiene sus reglas de juego', y que quien 'contribuye al crimen de una persona inocente e indefensa está en pecado mortal y no puede comulgar'.

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