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Los urólogos "autónomos" solicitan más estudios por imágenes

Reuters

Por Lynne Peeples

Un paciente podría tener eldoble de posibilidades de tener que realizarse una radiografía,un estudio por ultrasonido o cualquier método por imágenesdespués de consultar a un urólogo "autónomo" que a uno quetrabaja bajo relación de dependencia.

Los resultados surgen de una creciente cantidad de evidenciassobre el papel de los incentivos económicos en la conducta de losmédicos y el impacto que esa conducta en los gastos de salud deEstados Unidos.

"En el mismo paciente, una enfermedad sería evaluada, yquizás tratada, de distinta manera por urólogos empleados versusautónomos", dijo el doctor John M. Hollingsworth, de la Escuelade Medicina de la University of Michigan en Ann Arbor, quedirigió el estudio.

Mientras que la cantidad de trabajo no modifica el salario dela mayoría de los médicos que trabajan bajo relación dedependencia, los autónomos pueden llevarse a casa dinero extra siatienden a más pacientes o solicitan más pruebas diagnósticas,señala el equipo en Journal of Urology.

El equipo analizó más de 37 millones de consultas urológicasambulatorias de todo Estados Unidos con datos de la encuestaNational Ambulatory Medical Care Survey del 2006-2007: cuatro decada cinco médicos eran autónomos. Y en más de una de cada cincoconsultas urológicas se solicitó un estudio por imágenes.

El motivo de la mayoría de esas pruebas fue un agrandamientobenigno de la próstata, cálculos renales o sangre en la orina.

Los urólogos generalmente indicaban el ultrasonido. Estapráctica no varió según la edad, el género o la pertenencia aMedicaid, ni el tipo de consultorio o ubicación del médico.

De todos modos, los urólogos autónomos eran casi dos vecesmás propensos a solicitar un estudio por imágenes que losasalariados (un 24 frente a un 13 por ciento).

Las motivaciones económicas serían una de las explicacionesde esa diferencia. Pero existen otras posibilidades, dijoHollingsworth, como la preferencia del paciente, laspreocupaciones legales y la intolerancia a la ambigüedad médica.

Cualquiera sea el motivo, el autor concluyó que esta prácticatendría consecuencias no intencionadas en los pacientes, como unleve aumento de la exposición a la radiación y el diagnósticoexcesivo de una "pseudo-enfermedad".

FUENTE: The Journal of Urology, online 18 de octubre del 2010

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