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Ursula Meier traza una "fábula sobre la familia" en su debut cinematográfico

EFE

Tras una carrera consagrada al género documental, la directora franco-suiza Ursula Meier se estrena en el cine de ficción con "Home, ¿dulce hogar?", una cinta que define como una "fábula sobre la vida y la familia" y que llega el próximo mes a las salas de cine españolas.

La realizadora, que hoy ha presentado la película en Madrid, ha contado para su debut cinematográfico con un reparto encabezado por la actriz Isabelle Huppert -"La pianista"- y el actor Olivier Gourmet -Premio al Mejor Actor en Cannes 2002 por su papel en "El hijo"-.

En el filme, interpretan a Marthe y Michel, un matrimonio que vive junto a sus tres hijos en una casa de campo, alejados del mundo, en una suerte de pequeño paraíso terrenal. Sus vidas comenzarán a resquebrajarse con la reapertura de una vieja autopista, justo delante de su domicilio, un evento que destruirá el delicado equilibrio que disfrutaban en su "hogar ideal".

"La idea se me ocurrió durante un viaje por carretera, viendo las casas que había en los márgenes y, como todo el mundo ha hecho alguna vez, preguntándome cómo sería la gente que vivía en ellas", ha explicado Meier acerca de la inspiración que engendró esta "road movie al revés".

La cineasta ha incidido en la importancia que "tanto el ruido como el silencio" juegan en "Home, ¿dulce hogar?": "La familia trata de aislarse del ruido que llega de la carretera, pero el silencio que se instala en la casa termina por asemejarse a la locura".

No sólo ha jugado Meier con la dicotomía entre ruido y silencio, sino que también ha mezclado "diferentes tonos y formas": "La película empieza como una comedia ligera y termina casi como una de terror al estilo de 'Los Pájaros', con un paralelismo entre coches y aves", ha razonado la directora nacida en Besançon.

Meier, que escribió el guión de este proyecto "pensando en Isabelle Huppert", considera que "el cásting de la película explica mucho sin necesidad de palabras", ya que, por ejemplo, conjuga "las figuras de un hombre fuerte y una mujer frágil". "Son dos cuerpos opuestos que se apoyan y se sirven de muletas", apostilla.

El "trabajo con el cuerpo" ha sido otro de los aspectos destacados por la realizadora, para quien era necesario que "las sensaciones de angustia y extenuación quedaran bien reflejadas". "Buscaba a un actor muy físico para el papel masculino, de estilo rock 'n' roll, y Olivier Gourmet encajaba a la perfección", sentencia.

Recrear el escenario en el que se desarrolla la trama -una casa junto a una autopista- no ha sido tarea fácil para Meier y su equipo: "Estuvimos casi un año buscando el lugar ideal y, finalmente, el sitio apareció en Bulgaria, en una carretera entre Sofía y Estambul", comenta divertida.

Una carretera pequeña "que había sido pensada como parte de un aeródromo" permitió a Meier narrar esta "metáfora sobre la familia en un mundo contaminante, ruidoso y vampirizante" para la que "se asfaltó la carretera, se construyó la casa y se utilizaron casi 300 coches", aclara entre resoplidos ahora que todo ha terminado.

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