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Valladolid invita a redescubrir a Ramón Gaya, de la mano de Jorge Guillén

EFE

Medio centenar de cuadros, 45 documentos y 23 fotografías invitan desde hoy en Valladolid a redescubrir al pintor Ramón Gaya, ese "gran desconocido" que hace 86 años tuvo su primer encuentro en Murcia con el poeta vallisoletano Jorge Guillén, en una amistad que ha forjado esta exposición.

La muestra "Ramón Gaya. Pintura, Verso y Prosa", inaugurada hoy, ofrece una selección de la producción creativa de una de las figuras esenciales del arte español, que nació en Murcia en 1910 y falleció Valencia en 2005, estrechamente relacionado con Guillén, según ha recordado el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva.

Se trata de una muestra "original", en su doble vertiente de amistad y de pintura, que recorre desde el primer al último Gaya, desde sus vanguardistas inicios, a la etapa de copista de los clásicos del Museo del Prado, desde el creador luminoso que volvió del exilio a su pintura más oscura, ha relatado el director del Museo Ramón Gaya de Murcia, Manuel Fernández-Delgado.

La exposición, que ha sido posible gracias al citado Museo y a la viuda de Gaya, Isabel Verdejo, la ha montado la Fundación Municipal de Cultura para el espacio que ofrece el Museo de la Pasión de Valladolid, de donde cuelgan los homenajes a Cezanne, Velázquez, Murillo, Tizziano o a Cristóbal Hall, pintor también vinculado con la capital vallisoletana.

Fernández-Delgado ha recorrido la vida singular de Gaya, un "personaje solitario, con amigos excepcionales", entre ellos varios poetas del 27, incluido Guillén, un creador que "no ha sido reconocido por el mundo de la pintura porque ha actuado a trasmano, por caminos solitarios".

"Siempre ha pasado a trasmano por el mundo de la modernidad", al que han alabado todos los escritores del XX y del que "muy pocos pintores se han atrevido a decir algo", ha expresado el director del Museo Gaya de Murcia, quien ha invitado a adentrarse en esos cuadros de tema del murciano, sus telas religiosas y mitológicas, pero también sus homenajes a los clásicos.

Gaya "insiste en Velázquez" para que "mires a Velázquez", en una actitud que ha destacado Fernández-Delgado en cuanto a su generosidad, ya que invita a descubrir a otros.

El alcalde de Valladolid ha recordado ese primer acercamiento entre Guillén, que entonces tenía 34 años, y un jovencísimo Gaya de 17, que el poeta vallisoletano ya describe en 1927, tras tomar posesión un año antes de su cátedra en la Universidad de Murcia, como "una promesa en la pintura moderna", y de quien celebra su "inteligencia extraordinaria", "su madurez y seguridad monstruosas".

Gaya como Guillén emprendieron tras la Guerra Civil el camino del exilio, aunque se vieron en Europa y en América.

Aquí un homenaje a Murillo, allá las Meninas que remiten a Velázquez, o ese trazado que evoca a Guillén, quien respondió con la pieza "el vaso de agua", en otro rincón del Museo de la Pasión de Valladolid fragmentos y reflexiones de Gaya sobre el arte o sobre la soledad que invitan a descubrirlo.

Como nexo latente Guillén, a quien la ciudad de Murcia considera su García Lorca o su Gerardo Diego particular en cuanto a lo que supuso para vida cultural del momento, ha reconocido Fernández-Delgado.

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