Este artículo se publicó hace 16 años.
Vargas Llosa considera que nadie puede ignora el poder del español hoy en día
El escritor peruano Mario Vargas Llosa consideró hoy que "el poder del español es una realidad que salta a la vista, que nadie, a no ser ciego o tonto, podría ignorar".
En unas declaraciones a EFE tras recibir el Premio a la Libertad de la Fundación Friedrich Naumann, Vargas Llosa dijo que "el español es hoy en día una de las lenguas de cultura más importantes y que está en una franca expansión".
"El peligro que en algún momento se mencionó mucho de una fragmentación del español creo que está conjurado gracias a los medios de comunicación y de hecho es una lengua robusta, sana y un gran vehículo de comunicación y de cultura", según el autor de "La ciudad y los perros".
Añadió que "todo eso debe ser alentado y promovido en beneficio no solamente de todos los que hablamos español, sino del mundo en el que vivimos".
Respecto al acercamiento de España a Latinoamérica, Vargas Llosa dijo que "es una tarea necesaria y nadie como España para liderarla y emprenderla, porque además dentro del contexto mundial hoy día los países que tienen una tradición, una historia y una cultura comunes, si se unen, pueden trabajar mucho mejor para enfrentar los enormes problemas".
"Si hay sobre algo una cierta unanimidad o consenso en América Latina, es sobre la necesidad de un cooperación intensa con España", señaló.
En el discurso que pronunció tras recibir el premio en la simbólica Iglesia de San Pablo ("Paulskirche"), Vargas Llosa dijo que "lo recibo con humildad y como un mandato de rigor y de autenticidad en mi trabajo intelectual".
La Paulskirche fue abierta como una iglesia protestante en 1789, y en los años de 1848 y 1849 se convirtió en el asiento del Parlamento de Fráncfort, el primer parlamento en Alemania que fue elegido públicamente.
Vargas Llosa apostilló que cuando la libertad "existe y es aprovechada, puede ser el instrumento más rápido y eficaz para derrotar a la pobreza de la única manera que es posible hacerlo: creando riqueza".
El escritor relató dos historias de pobres peruanos, la de la familia Añaños y la de Aquilino Flores, "como ejemplo de lo bien que le podría ir a América Latina si los demagogos la emularan en vez de gastar sus energías manifestándose contra la globalización o amenazando, a la manera del boliviano Evo Morales y del venezolano Hugo Chávez, con aniquilar a la cultura occidental, dos maneras de perder el tiempo equivalentes a escupir a la luna."
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