Este artículo se publicó hace 16 años.
Veltroni, que promete una Italia nueva, intenta dar un vuelco electoral
El líder del Partido Demócrata italiano, Walter Veltroni, durante un mitin en Roma con el que cerró su campaña electoral, invitó hoy a los electores a enterrar el pasado y dar un vuelco electoral que abra Italia a la modernidad.
"La clave de la campaña electoral" está en "la elección entre el pasado y el futuro" dijo Veltroni frente a miles de seguidores -150.000 según la organización- reunidos en la Plaza del Popolo, en una noche lluviosa.
En unas declaraciones previas al mitin, Veltroni dijo que con cada hora que pasaba estaba "cada vez más seguro" de su triunfo electoral frente al líder del Partido de la Libertad, Silvio Berlusconi, en las elecciones del domingo y lunes.
El líder del PD ha acortado durante toda la campaña electoral distancias con Berlusconi, y las últimas encuestas del 28 de abril la cifraba entre ocho y cinco puntos en la Cámara de los Diputados, con un tasa de indecisos del 30%.
"Quiero dirigir un llamamiento a todos los electores: el otoño en Italia puede acabar el próximo domingo con un voto que sustituya el odio por la escucha, el miedo por la esperanza", dijo.
Además, advirtió de que la abstención "nunca es neutra", pues un ciudadano, "de una forma u otra", siempre está más cerca de un partido que de otro, pero si se abstiene pude acabar apoyando a quien le está más lejano.
El candidato del PD, que se declaró optimista por carácter, por convicción política y cultural, aseguró que existe la posibilidad de hacer los "cambios profundos" que necesita el país: "Se puede hacer", reiteró en varias ocasiones, frase que ha acuñado como uno de sus eslóganes más famosos.
Veltroni contrapuso su visión de Italia y de la política a la de su rival más cercano, Berlusconi, al que como de costumbre no citó nunca por su nombre, que no pronuncia "no por casualidad", sino porque quiere "salir de esta (última) quincena de años. Basta con el odio y las contraposiciones personales".
Aún sin nombrarle, criticó algunas de las últimas declaraciones de Berlusconi, desde su referencia a una posible dimisión del jefe del Estado, Giorgio Napolitano, a la sugerencia de que los magistrados se sometieran a pruebas periódicos de salud mental.
A Italia "hay que amarla, no usarla" y gobernar el país "no es una cruz, un sacrificio o una concesión", como ha declarado en estos días Berlusconi, sino "el mayor honor que un italiano puede recibir".
Veltroni pronosticó que el lunes por la noche, cuando se conozcan los resultados de las elecciones, el Pueblo de la Libertad ya no existirá, pues es "sólo una alianza electoral" y quedarán de manera individual los partidos que la forman.
Con un declarado empeño por acabar con el trabajo precario, que afecta especialmente a los jóvenes y que definió como "las más inaceptable desigualdad social", reiteró que las primeras medidas de un futuro gobierno suyo serían contra este fenómeno.
Veltroni ha realizado su campaña electoral en un autobús con el que ha recorrido más 12.650 kilómetros para presentar su programa en 110 ciudades.
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